Cientos de migrantes se quedan atorados por meses e incluso años en la frontera norte de México, en espera de que Estados Unidos les conceda asilo como consecuencia de la política migratoria de Donald Trump.
A partir de que en 2019 comenzó a aplicarse el Migrant Protection Protocols (MPP), conocido como Remain in Mexico al que el ex Presidente republicano llamaba “Stay in Mexico”, mediante el cual las personas son obligadas a permanecer en territorio mexicano en espera de sus audiencias en los tribunales estadounidenses de migración.
Unas 70 mil personas permanecen en este limbo en las ciudades fronterizas de México. La gran mayoría terminará siendo deportada.
En los albergues habilitados tanto por el Gobierno mexicano -uno en Tijuana y otro en Matamoros-, como los instalados por iglesias y organizaciones no gubernamentales, la vida transcurre en medio del tedio.
TOCAR LA REALIDAD
La directora de escena Yuriria Fanjul conoció de primera mano las experiencias de los migrantes atorados en la frontera que aguardan en albergues.
En entrevista desde Tijuana expone que cada albergue es distinto, en algunos se organizan escuelas para los niños, muy precarias, a veces es apenas un saloncito al que los niños son obligados a ir por los directores de albergues. Otros no tienen mucha actividad.
Los hombres sí consiguen trabajo, en fábricas por lo general, en turnos nocturnos, mientras las mujeres se ocupan en talleres de uñas y costura.
Muchas personas migrantes tienen miedo de salir a la calle, porque son perseguidas o han matado a sus hijos o maridos. Han vivido asaltos, agresiones en el camino y violencia familiar, extorsiones e incluso, intentos de secuestro de sus hijos en la calle.
Cuando Fanjul visitó en 2019 a su mejor amiga, quien era cónsul de migración en San Diego durante la Administración de Trump, escuchó las llamadas desesperadas al número de emergencia del Consulado.
“Se me congeló la sangre y conocí el muro (fronterizo) y me impactó muchísimo”, narra.
VUELTA A LA EMPATÍA
Regresó con su compañía de teatro y ópera, Stage of the Arts, con una idea ambiciosa en la cabeza: las historias de los migrantes podrían contarse a través de la ópera, pero no una ópera al uso sino con danza urbana, coro y orquesta barrocos.
En una vuelta de tuerca, el ominoso título de la política migratoria de Trump sería el referente para titular a la naciente ópera Stay in Mexico Opera 360° como un gesto de bienvenida al país y de homenaje a quienes, por diversas razones, arriesgan su vida para llegar a Estados Unidos.
Como también una respuesta a la creciente xenofobia en México contra los pueblos centroamericanos, un llamado a la empatía.
El elenco estaría conformado por los propios solicitantes de asilo, a quienes convocó a través de carteles que ofrecían una oportunidad de trabajo, el único requisito para audicionar era que les gustara el baile y querer formar parte de un grupo.
La respuesta a la convocatoria fue entusiasta, salvo dos chicas de un albergue que no querían comprometerse a nada porque su prioridad era cruzar a Estados Unidos.
“Pero en cuanto entendieron que era un trabajo como cualquier otro que toman aquí (en Tijuana) en sus tiempos de espera, entendieron que el compromiso con el proyecto era un acuerdo hablado y que, si en cualquier momento tenían la oportunidad de cruzar, que para mí también esa era la prioridad, no tendrían ninguna implicación legal si interrumpían el proyecto”, explica Fanjul.
Y sí, en el tiempo que llevan trabajando, seis migrantes ya han logrado cruzar a Estados Unidos.
LA VIDA LLEVADA A ESCENA
Así nació esta ópera, en plena frontera, con 30 jóvenes migrantes en espera de cruzar a Estados Unidos.
Cada uno contará su “vida y emoción” en escena a través del gesto, es decir, la danza y no a través de la palabra. La música original, a cargo del compositor Arturo Fuentes, está escrita a partir de sus historias al igual que el libreto.
Aunque han pasado momentos muy difíciles las personas migrantes también han sido capaces de mirarse como héroes, valientes, llenos de amor y de lucha por sus hijos, cualidades que la pieza busca recalcar. Más que exponerlos, el cometido es fortalecerlos.
En el salón de ensayos del Centro Estatal de las Artes de Tijuana (Ceart), sede de esta residencia artística, se reúnen a diario para trabajar, así lo han hecho desde comienzos de mayo. En el grupo, hay dos niños de 7 y 8 años, los más pequeños. “Serán las estrellas de la obra, son listísimos”, apuesta Fanjul.
Tal es el entusiasmo que ha despertado que dos chicos del elenco, que trabajan de noche en una fábrica de televisiones, duermen solo dos horas con tal de ser parte del proyecto. Otros procuran llegar más temprano al ensayo para practicar, solos, los nuevos pasos.
Además del pago, cuentan con transporte y alimento, añade Fanjul, directora artística de Stay in Mexico Opera 360°.
LA HISTORIA
La protagonista es una niña guatemalteca de 15 años llamada Inana que huye de la extorsión de las pandillas que sufre al igual que su madre, ambas deciden irse y logran llegar hasta San Diego, pero son mandadas de regreso a Tijuana como otros tantos migrantes.
Es interpretada por Leslie, una joven orginaria de Tijuana que migró a Estados Unidos de niña y que regresó a México, muy talentosa, a quien la producción descubrió en el programa de danza Fronteras, dirigido a niños y adolescentes. Lleva muchos meses entrenando y además de bailar, ya también actúa.
“Su historia es una recopilación de adolescentes que he conocido en los albergues, es una ficción basada en lo real”, añade Fanjul, con una vasta experiencia en la creación de ópera.
La experiencia del baile, en grupo, resulta definitiva para el personaje. “La danza urbana tiene ese poder”, argumenta la directora artística pues ocurre en la noche, en el espacio ritual de la calle, con una comunidad underground.
La narrativa empalma con el mito del viaje del héroe, presente en muchas culturas, en el que se enfrenta a pruebas, puede triunfar o morir en el trayecto.
Fuentes escribió para orquesta barroca a pedido de Fanjul, convencida de que la música del periodo es suave, capaz de conmover, aunque es “una raíz poco estudiada y vista”. Casi no se comisiona música nueva para orquesta barroca, así que le pareció buena idea unir sonidos contemporáneos con instrumentos antiguos para generar un choque de estilos.
“Es una música que abraza, que sana, que acompaña de una manera sutil y suave a estas vidas en crisis o en trauma, no quería ponerlos a bailar rap o hip hop”, dice.
De esta manera, lo saca del contexto del México de 2022 y lo “universaliza” a cualquier frontera, al presentarlo como una condición inherente a la naturaleza humana: el hecho de migrar.
FALTAN APOYOS
La única fuente de financiamiento de este proyecto ha sido el programa Efiartes, el Estímulo Fiscal a Proyectos de Inversión en producciones artísticas. “Aunque no alcanza”, dice Fanjul, y su compañía ha tenido que aportar fondos propios. Cultura UNAM apoya con la orquesta barroca y la producción musical de la ópera.
Buscaron acercar recursos a través de una campaña de fondeo que ya concluyó, pero aún es posible hacer donativos en https://yuririafanjul.com/360
No abundan los proyectos artísticos para los migrantes en los albergues, lamenta Fanjul, y además escasea es el dinero.
El proyecto -en el que participa la orquesta Antiqva Metropoli; el coro Profanae Cantori, con la dirección de Rodrigo Cadet, y coreografía de Lux Boreal- contempla la grabación de la ópera en realidad virtual en un teatro sin público con cámara esférica que dará al espectador la sensación de compartir el espacio con los intérpretes por medio de la tecnología 360°.
También será grabada la presentación del 28 de mayo a las 12:00 horas en la explanada del Ceart de Tijuana, esta vez con público, que podrá unirse a la danza urbana.
A partir de octubre, la obra estará disponible en plataformas como YouTube y a través de las redes sociales de la compañía (@stageartsmx) darán a conocer la fecha de lanzamiento para poder verla con lentes de realidad virtual.
La idea es poder compartir con el mayor público posible.
