En 2019 una mujer en Salta, en el norte de Argentina, tuvo un bebé junto con su pareja, con quien convivía desde hacía un año.
BBC News/Mundo
Unos meses más tarde, sin contarle a su novio, ella contactó a una expareja para decirle que creía que el niño era suyo. Una prueba de ADN confirmó que este hombre era el verdadero padre biológico.
Poco tiempo después de esta revelación, la mujer fallecióy el hombre se presentó ante los tribunales para pedir que se lo reconociera como el verdadero padre del niño.
Pero lo que podía haber terminado como una experiencia dramática se ha convertido en una historia que ha conmovido a muchos en Argentina.
«Fue una muestra de lo que es el amor en serio«, le contó a BBC Mundo la jueza que presidió el caso, Ana María Carriquiry, titular del Juzgado de Familia N2 de Orán, Salta.
En un inusual fallo, Carriquiry autorizó que ambos hombres -tanto el padre biológico como el de crianza- tengan la paternidad del menor, quien hoy tiene 3 años.
Así, el pequeño P. -como se lo identifica en la causa- tendrá la particularidad de figurar como hijo de una madre y dos padres.
La magistrada también decidió explicar su decisión al menor a través de una carta que este podrá leer cuando sea mayor.
El mensaje, que fue reproducido y aplaudido ampliamente en redes sociales y medios argentinos, utiliza un idioma sencillo e incluye una cita de unas de las sagas más queridas de la literatura infantil: Harry Potter.
El caso
La jueza Carriquiry contó que cuando recibió el caso -que se viralizó ahora, pero en realidad data de agosto de 2021- las cosas no eran tan armoniosas como resultarían luego.
«Cuando el padre biológico inició la demanda llegó con los tapones de punta«, recordó, sobre el pedido inicial del hombre de que se anulara el reconocimiento paterno de quien hasta ese momento había criado al pequeño como propio y se lo diera a él.
La jueza también contó lo mal que estaba el llamado «padre socioafectivo» del niño cuando una prueba de ADN ordenada por la corte confirmó que efectivamente no era el padre biológico de P.
«Imagínese el estado de desesperación que tenía ese hombre. Yo creí que a la segunda audiencia ya no vendría», confesó la magistrada, quien se conmovió ante la actitud que tuvo este hombre, que acababa de perder a su pareja y al mismo tiempo se enteró de que su hijo no era biológicamente suyo.
Lejos de enojarse y de adoptar una postura combativa, el hombre la sorprendió con su respuesta a la demanda.
«Pidió seguir siendo el papá, incluso junto con el otro padre, y dijo que no le importaba que el apellido de él fuera el segundo, el tercero o el cuarto del chico».
«Habló con una firmeza, con un amor, con una renuncia… este hombre dio clases de amor y de lo que es ser padre«, se emocionó la magistrada.
Carriquiry respaldó su pedido, habilitando la posibilidad de que el niño tuviera una triple filiación, algo que no está reconocido en el Código Civil argentino, aunque sí existen algunos pocos precedentes, tanto en Argentina como en el exterior.
Lo único que faltaba era que el padre biológico -a quien la ley argentina considera el único con derecho legal a la filiación- estuviera de acuerdo.
El cambio de postura del hombre llegó cuando la jueza decidió convocar a la audiencia al pequeño, aunque entonces solo tenía 2 años.
«Cuando hice pasar al niño se abrazó fuerte de su único padre para él, su padre socioafectivo. Y ahí quedó todo el mundo en silencio», relató.
«Aunque no hablaba, se expresó. Sin decir nada habló y fuerte. Con su lenguaje corporal no dejó duda de que sacarlo de allí era provocarle un verdadero daño, porque ya daño había sufrido con la pérdida reciente de su madre.
«Cuando el padre biológico vio eso, él mismo dijo: ‘Yo para mi hijo quiero lo que más lo beneficie, lo que sea mejor para él‘.
«Fue muy loable ver a estos dos hombres guardar el orgullo en su bolsillo, por ese pequeño. Fue una muestra de lo que es el amor en serio».
Los dos padres acordaron que el menor seguirá viviendo con su padre de crianza, y se irá vinculando progresivamente con su padre biológico, quien también ayudará a mantener económicamente al pequeño.
«Tenemos que empezar a abrir caminos, porque para mí lo socioafectivo marca en la vida de las personas y en el derecho. No puede ser que sigamos con un derecho de sangre», consideró Carriquiry defendiendo su decisión, que declara inconstitucional el artículo del Código Civil que limita a dos las filiaciones.
La carta
En su fallo la jueza dictaminó que los hombres tienen la obligación de contarle al pequeño la verdad sobre su historia, cuando «tenga la madurez suficiente».
Y, saliéndose del protocolo legal, la magistrada también decidió adjuntar a su sentencia un anexo con una carta que escribió para P. para que lea cuando sea más grande.
«Te escribo porque tenés derecho a que te cuente lo que decidí y por qué lo hice«, le explica al menor.
«A los jueces nos toca tomar decisiones difíciles, pero tu caso fue muy simple, porque lo que sobraba era el cariño de tus papás hacia vos«, le cuenta.
También se refiere a la madre fallecida del menor, con una cita salida del famoso cuento de J.K. Rowling: «Sobre tu mamá, que lamentablemente, ya no está entre nosotros, quiero dejarte la frase que le dijo Albus Dumbledore al pequeño Harry Potter.
«Un amor tan poderoso como el que tu madre tuvo por ti es algo que deja marcas. No una cicatriz, ni algún otro signo visible… el haber sido amado tan profundamente, aunque esa persona que nos amó no esté, brinda una protección que dura para siempre.
«Además de tu mamá, tenés dos papás. ¿Cómo puede ser posible esto? También por amor. Los dos te aman por igual y son tus papás», prosiguió en otro párrafo.
«A veces hay que decidir entre el papá biológico o el papá socioafectivo. En este caso, nada tuve que decidir, porque ellos estaban seguros de la importancia que el otro tenía en tu vida.
«Por eso, lo único que hice, P., fue reconocer el derecho que tenés a tener dos papás que te críen, te cuiden. Porque, en definitiva, lo único que interesa: es multiplicar amor«, concluyó.
«Espero que seas muy feliz y estés siempre orgulloso de tu mamá y de los papás que la vida te dio».