“Ella era extremadamente bondadosa, llena de ternura y con mucho amor para dar a su familia y a sus amistades”, así recuerda su hijo a Florinda Olivia Rodríguez Ávila
Como una persona alegre, cariñosa y a quien le gustaba disfrutar la vida es como recordarán a Florinda Olivia Rodríguez Ávila, quien falleció el 10 de mayo, a causa de un paro cardiaco, a sus 80 años.
Rodríguez Ávila nació el 3 de abril de 1942, en Acatita de Bájan, Coahuila, pero su infancia y adolescencia las vivió en la Ciudad de Monclova y, al casarse, cambió su residencia a la ciudad de Monterrey.
El 31 de diciembre de 1961 se casó con Rodolfo Moreno Navarro (finado) en la Iglesia la Luz, en Monterrey y desde marzo de 1971 estableció su residencia en la Colonia Jardines de Linda Vista.
Rodolfo Moreno Rodríguez, su hijo mayor, la recuerda como una gran mujer.
“Ella era extremadamente bondadosa, llena de ternura y con mucho amor para dar a su familia y a sus amistades”, dijo.
Agregó que disfrutaba mucho las fiestas, viajar y conocer nuevos lugares.
Sus amistades la conocieron como Doña Flor; pero para sus nietos, ella siempre fue Tita Flor.
“Siempre estaba escuchando música y le encantaba convivir con su familia, especialmente con sus nietos”.
Dentro de sus recuerdos más apreciados, añadió, estaban los viajes familiares, en los que visitó junto a sus hijos y nietos diversos lugares de la República Mexicana y Estados Unidos.
“Siempre nos mencionó que el viaje que más había disfrutado fue cuando conoció Las Vegas y Disneyland”.
Le sobreviven sus hijos Rodolfo, Rolando y Florinda Olivia, además de ocho nietos y una bisnieta.
Descansa en el Parque Funeral Guadalupe, a lado de su esposo Rodolfo.
¡RECORDARÁN SU AMOR!
“Querida Mamá, te viviré eternamente agradecido por todo el amor que me diste, por ese extraordinario ser que fuiste y que nos enseñó a amar y disfrutar la vida. Te voy a extrañar muchísimo, pero vivirás por siempre en mi corazón. Un beso hasta el cielo.”
Rodolfo Moreno Rodríguez, hijo
“Te agradezco mucho todo el apoyo y amor que siempre le diste a mi familia y a mí, le doy gracias a Dios por permitirnos disfrutar de tantos hermosos momentos por muchos años siempre juntas. Fuiste una gran madre y ser humano muy querido por muchos. No sabes cuánto te voy a extrañar, te amo, siempre vivirás en mis pensamientos y corazón”.
Flor Moreno Rodríguez, hija
“Que difícil entender que físicamente, no volveremos a verla, pero la recordaremos y llevaremos en nuestro pensamiento y corazón, con la mejor de sus sonrisas y con esa alegría que la caracterizaba. Me quedo con los bellos momentos que compartimos juntas y en familia, los viajes, los conciertos, las convivencias familiares, las reuniones de los viernes. Gracias por el gran hijo que educó y que ahora es mi adorado esposo Rodolfo. Vuela alto”.
Letty Garza de Moreno, nuera
“Tita, muchas gracias por todo el amor que nos diste y los hermosos momentos que pasamos a tu lado. Nos vas a hacer mucha falta, especialmente en mi boda, pero sé que desde el cielo nos bendices y guiarás cada uno de nuestros pasos. Te quiero mucho”.
Stephany Moreno, nieta
“¡Tita! Gracias por ser un gran pilar en nuestras vidas. Te quiero mucho y siempre te recordaré. Gracias por ser una súper abuelita”.
Esmeralda Moreno, nieta
“Querida Tita, gracias por dejar huella en cada uno de nosotros, agradezco a Dios por cada uno de esos momentos inolvidables a tu lado, brindándonos tu amor, siempre vivirás en mi corazón”.
Alejandro Pérez, nieto
“Mi Tita Flor, gracias a Dios tuve la oportunidad de crecer a tu lado, estuviste conmigo en todos mis pasos, aprendizajes, logros y me diste la fortuna de verte como bisabuela, sé que te vas contenta, fueron muchos momentos juntas que jamás olvidaré, me harás mucha falta, quedaron pendientes momentos por celebrar juntas, pero cuando llegue el momento, sé que estarás presente dándome la bendición como siempre lo hiciste. Muchas gracias por tus enseñanzas y por ser gran parte de mi vida. Siempre estarás en mi corazón. ¡Te amo mucho!”.
Flor Pérez, nieta
“Mi Tita, gracias por regalarnos siempre de tu amor, por estar para todos nosotros, agradezco mucho a Dios por permitirme crecer a tu lado y compartir muchos momentos juntas, te quiero mucho y siempre te tendré presente, sigue iluminando nuestras vidas desde el cielo”.
Ana Karen Pérez, nieta