Los investigadores realizaron dos pruebas con 624 perros domésticos, dividiéndolos en dos grupos. Uno de los grupos incluyó a «antiguas razas» genéticamente cercanas a los lobos.
Un grupo de genetistas japoneses ha demostrado que un gen responsable de reducir el estrés en los perros fue el que les permitió establecer relaciones amistosas con los humanos, según un estudio publicado este jueves en Scientific Reports.
Los científicos realizaron dos pruebas con 624 perros domésticos, dividiéndolos en dos grupos. Uno de los grupos incluyó a «antiguas razas» genéticamente cercanas a los lobos.
Durante el primer experimento, los animales tenían que adivinar dónde se escondía la comida, mientras los investigadores los guiaban a través de señales no verbales para probar cómo los animales comprendían los gestos humanos.
En la segunda prueba los perros tuvieron que abrir un contenedor para obtener su alimento. En esta fase, los científicos observaron con qué frecuencia el animal miró al experimentador, esperando una pista para investigar su apego social a los humanos.
Resultó que en el segundo experimento los perros de «razas antiguas» se guiaron menos por las pistas de los investigadores, y prefirieron realizar tareas por su propia cuenta. Los autores del trabajo sugieren que esto se debe a un apego más débil de este grupo a los humanos. En cuanto a la primera prueba, no se encontraron diferencias entre ellos.
Adicionalmente, los científicos investigaron los genes responsables de las habilidades sociales en ambos grupos de perros. Concluyeron que el gen MC2R, involucrado en la producción de la hormona del estrés cortisol, ayudó a las mascotas a interpretar los gestos humanos durante la primera prueba y a buscar la ayuda de la gente durante la segunda prueba.
«Estos resultados demuestran que MC2R jugó un papel en la domesticación de los perros» al promover niveles más bajos de estrés en los animales mientras se comportaban con los humanos, comentó Miho Nagasawa, uno de los autores del estudio e investigador de la Universidad de Azabu.
Según Nagasawa, las mutaciones en el gen MC2R pueden haber reducido el miedo y la agresión en los perros, haciéndolos más valientes en las relaciones con los humanos.
Actualidadrt