(CNN) — Los pandas gigantes tienen una fama notable de ser quisquillosos con su comida. Únicamente comen bambú y pasan 15 horas al día comiendo hasta 45 kilogramos de su platillo favorito.
Pero sus ancestros, como la mayoría de los osos, consumían una dieta mucho más amplia que incluía carne, y se creía que la dieta restringida de los pandas actuales era una evolución relativamente reciente. Sin embargo, un nuevo estudio encontró que la pasión particular de los pandas por el bambú pudo haberse originado hace al menos seis millones de años, posiblemente debido a que la planta está ampliamente disponible, todo el año.
Para sobrevivir únicamente a base de bambú poco nutritivo, los pandas modernos (Ailuropoda melanoleuca) han desarrollado un peculiar sexto dedo, una especie de pulgar que les permite agarrar fácilmente los tallos de bambú y deshojarlos.
«Sujetar con fuerza los tallos de bambú para aplastarlos en forma de bocados es quizás la adaptación más crucial para consumir una prodigiosa cantidad de bambú», dijo el autor del estudio, Xiaoming Wang, conservador de paleontología de vertebrados en el Museo de Historia Natural del Condado de Los Ángeles, en un comunicado.
El escaso registro de fósiles de panda significaba que no se entendía realmente cómo los osos evolucionaron esta característica que ha desconcertado a los biólogos durante mucho tiempo. Investigaciones anteriores habían encontrado pruebas de esta estructura en forma de pulgar de hace unos 100.000 a 150.000 años.
Wang y su equipo identificaron una prueba mucho más temprana de que los pandas tenían un dedo extra y, por tanto, una dieta basada exclusivamente en el bambú, en forma de un dedo fosilizado que data de hace 6 o 7 millones de años. El fósil, encontrado en la provincia de Yunnan, en el suroeste de China, pertenecía a un ancestro del panda conocido como Ailurarctos.
La nueva investigación se publicó este jueves en la revista Scientific Reports.
Aunque el sexto dedo del panda gigante no es tan elegante o diestro como los pulgares humanos, la persistencia de esta «morfología distintiva» a lo largo de millones de años sugiere que desempeña una función esencial para la supervivencia, señala el estudio.
Compromiso evolutivo
Pero lo que resultó especialmente desconcertante para los científicos que participaron en el estudio fue que esta estructura fósil era más larga que las de los pandas gigantes modernos, que tienen un sexto dedo más corto y con forma de gancho.
Wang y sus colegas creen que el sexto dedo más corto de los pandas modernos es un compromiso evolutivo entre la necesidad de manipular el bambú y la necesidad de caminar y transportar sus voluminosos cuerpos.
«Cinco o seis millones de años deberían ser suficientes para que el panda desarrollara falsos pulgares más largos, pero parece que la presión evolutiva de la necesidad de viajar y soportar su peso mantuvo el ‘pulgar’ corto, lo suficientemente fuerte como para ser útil sin ser lo suficientemente grande como para estorbar», dijo la coautora del estudio Denise Su, profesora asociada de la Escuela de Evolución Humana y Cambio Social y científica investigadora del Instituto de Orígenes Humanos de la Universidad Estatal de Arizona, en un comunicado.