El biodiesel producido en la planta en la Central de Abasto (Ceda) está listo para ser utilizado en más autobuses de la Red de Transporte Público (RTP) y del Metrobús, expuso la investigadora del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Violeta Mena.
Esto, luego de que concluyó la fase de pruebas piloto para determinar el porcentaje de combustible que puede ser sustituido con el biocombustible en las unidades de ambos sistemas de transporte público.
«Deberá pronto anunciarse por parte del Gobierno local un plan de consumo ya de uso normal», expuso la promotora de la conversión de aceite vegetal en el combustible de menor impacto ambiental.
Con las pruebas se estableció que el volumen de combustible que puede sustituirse oscila entre 5 y 10 por ciento.
La especialista refirió que el biodiesel cuenta con características similares al diesel de ultrabajo azufre. Debido a su composición este se destina a las zonas metropolitanas del Valle de México, Guadalajara y Monterrey; hasta diciembre de 2019, se buscaba generalizar su uso para todo el País, medida que fue pospuesta para 2025.
Además de tratarse de un combustible biodegradable y no tóxico, al mezclarse de forma adecuada con el diesel de petróleo, mejora la eficiencia del motor de los autobuses.
«Gana puntos por ser un combustible renovable más limpio, con beneficios técnico-económicos, porque puede consumirse con una mezcla al de origen con petróleo, hasta en cierto porcentaje, dependiendo de la máquina en que se aplique», subrayó la especialista del Centro Mexicano para la Producción Más Limpia del IPN.
«La primera ventaja medioambiental (del biodiesel) es la mitigación de gases con efecto invernadero, por el hecho de ser un combustible renovable, todo el carbono que se emite está equilibrado con el carbono de la biomasa de la cual proviene (…) es un combustible limpio, libre de azufre, por su origen».
La producción del biodiesel en la planta de la Ceda depende de la recolección de aceite cocina usado, el cual se recicla para su conversión.
«La Central de Abasto ya tiene los permisos para servir como centro de recolección y transformación del aceite, de manera que sea un círculo virtuoso», refirió Mena.
Al utilizar el aceite vegetal, se evita que este sea arrojado a las coladeras, donde puede obstruir el flujo del drenaje y el tratamiento de las aguas residuales.