Además de tener condiciones laborales precarias, las trabajadoras de plataformas digitales sufren acoso y discriminación.
Paula Ángel, repartidora de Rappi y Didi Food, aseguró que es frecuente que no las dejen ingresar a plazas comerciales y sean sujetas de acoso por parte de algunos clientes.
«Somos acosadas por los mismos compañeros de los restaurantes, otros repartidores, hay clientes que salen a recibir el pedido con ropa interior», afirmó.
Ella es parte de un colectivo llamado «Ni un repartidor menos» para protegerse entre quienes se dedican a esta actividad en la Ciudad de México.
El 15 por ciento de las repartidoras reporta haber sufrido acoso por parte del personal de los negocios a donde van a recoger los pedidos y el 11 por ciento reportó acoso por parte de clientes, según un estudio de Oxfam.
Ángel dijo que conoció el caso de una compañera que fue retenida durante siete días por el cliente al que le fue a entregar un pedido, aunque no lo denunció porque recibió amenazas del agresor.
Además, ellas se encuentran en desventaja salarial, ya que existe una brecha de 18 por ciento con respecto a sus compañeros hombres.
Los repartidores ganan en promedio 2 mil 562 pesos por semana, pero las mujeres ganan aproximadamente 425 pesos menos. Esto significa que por cada 100 pesos que perciben los repartidores, ellas ganan 82 pesos.
Otra desventaja que enfrentan es que sólo las aseguran cuando están trasladando un pedido.
«Se supone que tenemos seguro cuando tenemos pedido en mano, de donde estamos hacia el restaurante y del restaurante al domicilio del cliente, pero ya han pasado accidentes donde compañeros han sido atropellados en el transcurso hacia el restaurante y no se lo hacen válido», describió.
Las mujeres repartidoras encuestadas por Oxfam mencionan que, en ocasiones, los clientes y el personal de los restaurantes las desprecian por portar una mochila y andar en la calle.
El 40 por ciento dijo que al menos una vez se les ha negado el uso del sanitario en algún restaurante o plaza por ser repartidoras.