El Presidente estadounidense Joe Biden enfrió las expectativas de su homólogo mexicano Andrés Manuel López Obrador, al pedirle paciencia en sus peticiones de visas de trabajo y le recordó que Estados Unidos seguía siendo una potencia económica que generaba empleos.
El encuentro entre ambos mandatarios, el segundo en la Casa Blanca en ocho meses, tuvo sus contratiempos.
La parte dedicada al mensaje público para medios duró más de lo planeado debido a que el Mandatario mexicano leyó un discurso de media hora cuando habitualmente en la Oficina Oval, sede de la reunión, las alocuciones suelen ser breves.
AMLO pidió en su discurso un programa similar al “Bracero”, aplicado por el Presidente Franklin D. Roosevelt hace 80 años y, aunque no solicitó las 300 mil visas de trabajo que según se había anunciado serían requeridas, pidió “visas temporales para asegurar que no se paralice la economía por falta de mano de obra”.
Como parte del combate a la inflación ofreció duplicar el abasto de gasolina en la frontera norte para que los estadounidenses la compraran más barata -sin aclarar que en México es subsidiada para contener su precio- y sugirió la reducción de aranceles en alimentos y otros bienes. Expresó que se había asumido “de manera cómoda que China sería la fábrica del mundo”, lo que provocó la disminución de la capacidad productiva en Norteamérica por lo que exhortaba a Washington a incrementarla.
El Presidente Joe Biden, quien ya había dicho un mensaje inicial de bienvenida de ocho minutos, se vio obligado a responder a AMLO para defender el poderío de su país.
“En el tema de China de ser la fábrica del mundo, nosotros producimos más productos agrícolas”, replicó. Además, destacó que su administración ha creado más empleos que cualquier otro gobierno, aumentó los sueldos y logró que Estados Unidos sea el país con menor inflación.
Antes ya había advertido: “El año pasado, mi administración estableció un récord (en empleos para migrantes). Emitimos más de 300 mil visas H-2 para trabajadores mexicanos“.
El plan de la reunión bilateral contemplaba que después del mensaje a medios, habría un encuentro privado de los Presidentes acompañados por el Canciller mexicano Marcelo Ebrard, y Antony Blinken, secretario de Estado norteamericano. Pero de manera sorpresiva Blinken se declaró “indispuesto” y en su lugar acudió la Subsecretaria Wendy Sherman.
Luego habría un tercer encuentro donde se incorporarían las delegaciones ampliadas de ambos países en el Salón del Gabinete, pero ese encuentro fue suspendido y la comitiva mexicana regresó a su hotel sin hablar con Biden.
Tras el encuentro con AMLO, Biden tuvo una festiva reunión con personal del Congreso de EU en los jardines de la Casa Blanca y por la noche viajó a Israel y Arabia Saudita.
AMLO comió en privado con su comitiva y por la tarde acudió a dos homenajes públicos a Roosevelt y a Martin Luther King.
