Con la advertencia de que promoverá reformas legales para limitar más los sueldos de funcionarios y gasto oficial, el Presidente anunció la nueva fase de su Gobierno: pasar de la «austeridad republicana» a la «pobreza franciscana».
Y aunque presumió ahorros en distintos rubros, AMLO no consideró los sobrecostos en las obras prioritarias como el Tren Maya, el Aeropuerto Internacional «Felipe Ángeles» y la refinería Dos Bocas. En el caso del Tren y el AIFA, los costos superaron el 50 por ciento y en la refinería son mayores al 172 por ciento.
«Hay una Ley de Austeridad Republicana que no se cumple (y) les adelanto que, de todas maneras, ya vamos a pasar de la fase de la austeridad republicana a una fase superior, que es la de la pobreza franciscana», informó ayer AMLO.
Dijo que hoy tendrá una reunión con su gabinete para decretar las medidas de ahorro adicionales que incluirían eliminación de viajes al extranjero, comunicaciones sólo por teléfono o teleconferencias y reducción de viáticos.
Diputados de la Comisión de Presupuesto advirtieron que el anuncio de AMLO es el reconocimiento de que no hay finanzas públicas sanas.
El secretario de la Comisión de Presupuesto, Héctor Saúl Téllez, acusó que el Presidente no cuenta con suficiente dinero para sus obras faraónicas.
«Lo que está sucediendo es que las finanzas públicas no están bien y que se quieren usar para los caprichos del Presidente, por lo que ahora hay que exprimir los recursos públicos, seguir con el ‘austericidio'», señaló.