CIUDAD DE MÉXICO.-Esteban tiene 10 años y quiere ser doctor, pero no entiende por qué en México algunos médicos han sido asesinados. Desde que supo, teme por su tía y por sus conocidos.
«El gobierno no nos protege, sólo nos remplaza», se leía en la cartulina que levantó el niño ayer durante la marcha que congregó a médicos de diversas partes del país en la Ciudad de México para demandar justicia y un servicio social seguro.
Él acompañó a su tía Daniela, quien es nutricionista y acaba de empezar su servicio social en la capital del país.
Ella cuestionó que los pasantes tengan que sufrir múltiples violencias aún en las ciudades, donde sus jefes pretenden enseñar mediante humillaciones, gritos, groserías o prácticas machistas con el argumento de que eso ayuda a «forjar carácter».
«‘¿Por qué no te vas a tu casa mejor a atender a tu marido? les dicen a compañeras mujeres incluso frente a los pacientes», señaló.
«Esto se tiene que solucionar ya. Yo no quiero que él (su sobrino) padezca esta violencia o que lo manden a un lugar donde esté en peligro su vida. Esto se tiene que corregir por nosotros y por las futuras generaciones», dijo.
La marcha que partió del Monumento a la Revolución al Zócalo avanzó en silencio, el cual sólo se rompió al hacer paradas en las que compartieron sus testimonios y pasaron lista a los médicos asesinados.
En el trayecto un hombre les reprochó a gritos: ¿Por qué no quieren atender a los campesinos, por qué no van a los pueblos?».
«¡Porque nos están matando!», reviraron los jóvenes.