CIUDAD DE MÉXICO.-Una promesa, la tradición de ir a rezar cada año o… la fe ciega pese a la pandemia.
Los motivos variaron, pero, en pleno semáforo naranja por el Covid-19, miles de personas abarrotaron los alrededores del templo San Hipólito que, ante tal desbordamiento, tuvo que abrir sus puertas para dejar entrar a los creyentes.
Con o sin cubrebocas, algunos vestidos de San Judas Tadeo. Solos, en familia o hasta en grupos grandes, feligreses hicieron fila de hasta dos horas para entrar al templo.
De acuerdo con las autoridades capitalinas, en su último corte, al recinto ingresaron 4 mil 300 personas. En tanto, el despliegue operativo incluyó a 151 policías.