Luis Ángel Estrada
Una gorra pintada a mano para simular la oficial del equipo Acereros de Monclova se convirtió de pronto en la más buscada y cotizada, luego de ser el origen de una bonita historia de los aficionados del béisbol y dar pie a una historia de generosidad que creó un vínculo entre dos aficionados: un adolescente y un profesor.
Tras darse a conocer el extravío de la cachucha que acaparó los reflectores de la sociedad monclovense y del club de béisbol Acereros de Monclova, los protagonistas de esa conmovedora historia, Manuel Campuzano y Bernardo Borrego González lamentaron el que mencionado objeto haya sido sustraído del dugout acerero el pasado viernes en la visita que realizó la Furia Azul al estadio Francisco I. Madero, casa de los Saraperos de Saltillo. La gorra en su momento perteneció a Manuel gracias a que se la regaló un tío.
Bernardo Borrego quien fue el que vio a Manuel en el estadio Monclova con una gorra que le llamó la atención al ver en ella dibujos relacionados al béisbol, posteriormente le regaló una, lamentó la desaparición del tan preciado objeto, diciendo estar decepcionado por tan vergonzosa acción.
“Realmente es decepcionante lo que pasó, la afición de Saltillo es muy linda, cómo es posible que existan personas de tan baja calidad humana y pocos valores y que se hayan atrevido a tomar algo que representa la esencia de un aficionado que ama a su Acereros”.
Agregó que duda mucho el que puedan recuperarla, sin embargo, queda la muestra de que existen personas que valen la pena y que la fuerza y motivación no recaiga en un objeto, considerando que sea toda la afición acerera la que motive al equipo para conseguir el objetivo principal que es el campeonato. Indicó que a la vez cumplió dos de sus sueños que tenía de chico, que es el pisar el césped del Coloso del Norte, así como el de lanzar la primera bola, beneficio que tiene muy pocos, por lo cual se siente contento y orgulloso.
Por su parte Manuel Campuzano, el joven que realizó los dibujos y que llenaron de ternura a la afición y directiva acerera, dijo sentirse triste y decepcionado por algo que para él significa mucho, por lo que espera que pronto esté de regreso con el equipo.
“Estoy triste porque se robaron la cachucha, es una lástima el que esté perdida, era algo que me perteneció y de todo corazón se la regalé al equipo, incluso ya la usaban como amuleto, ojalá y pronto la puedan encontrar”, comentó con su rostro de tristeza el pequeño aficionado a la Furia Azul. Haciendo el llamado a la persona que tomó la gorra para que la devuelva ya que le pertenece a los Acereros.
FUE REGALO DE UN TÍO
Mientras que la abuela de Manuel, la señora Consuelo Campuzano dijo que la preciada gorra era de uno de sus hijos, al momento de cambiarse de domicilio, decide obsequiársela a su sobrino.
“Se la regaló en blanco, no tenía ningún dibujo (la gorra) y entonces mi hijo le hizo esos dibujos alusivos al béisbol”, relató la madre del menor, Mayra Orta Campuzano.
Agregó que debido a que cerca de su casa practican mucho el béisbol y casi todos los compañeros con los que juega su hijo portaban gorras originales, por lo que su hijo quería una, reconociendo que el precio es algo elevado y no se le hizo el suficiente caso para ver si se le pasaba el gusto por comprarla.
“El día que se fue al estadio yo le decía que no se la llevara debido a que se la viera otro niño y le hiciera burlas por los dibujos y el resto ya lo sabemos”, concluyó. Tanto la abuela como la madre manifestaron sentirse agradecidas por la noble labor del docente.
La madre del menor relató que Borrego González ha sido un ángel para su hijo, al recibir otra gran noticia y es que Manuel se iba a quedar un año sin estudiar debido a que no alcanzó cupo en una Secundaria de la ciudad, por fortuna el docente logró posicionarlo en un plantel de dicho nivel educativo y a partir del próximo lunes el joven estará continuando con sus estudios en la 2Carlos Espinoza”.
Como se recordará la noche del pasado viernes 22 de julio Manuel Campuzano portaba la gorra color blanca en la que él mismo le dibujó la letra “A” en la parte frontal, así como una pelota, bate y guante, y en la víscera la palabra “Acereros”. Y abajo de dichas letras de nueva cuenta una bola; escena que no pasó desapercibida por Bernardo Borrego González, aficionado de la Furia Azul, quien se encontraba en el área donde estaba el pequeño y rápidamente entabló comunicación en referencia al souvenir del pequeño. De oficio docente, Borrego González, quien es coleccionista de cachuchas procedió a regalarle una original de los Acereros de Monclova.
La directiva acerera hizo el anuncio de que está dando una gratificación económica a quién llegue a regresar tan preciado objeto que es de mucha importancia en el interior del equipo.
