La guerra, la guerra no cambia nunca
IGN Latinoamérica
La guerra de consolas es algo que hemos estado viviendo desde hace ya bastantes años, desde que Nintendo y Sega comenzaron esta batalla a finales de los 80’s, han pasado muchas cosas, después de que Nintendo venciera de una manera abrumadora, llegó un nuevo rival, Sony con su PlayStation que dominaron el mercado hasta la llegada de Microsoft con su Xbox 360, cuando Sony que se había dormido en sus laureles, desde entonces las cosas han sido muy cerradas entre Microsoft y Sony. Sin embargo, a día de hoy la guerra de consolas no tiene mucho sentido, ya que los juegos exclusivos ya son pocos, aún para Sony, la mayoría de sus juegos terminan por llegar a PC. Microsoft lo entendió y con esa idea en mente desarrolló el sistema de Xbox Game Pass, pasando de un inicio con Xbox One donde no permitían el compartir juegos entre amigos, a poner un catálogo entero para que los usuarios pudieran descargar el juego que quisieran ni necesidad de comprarlo y trayendo juegos en día uno.
Las dudas por parte de toda la industria surgieron, la pregunta era si eso era rentable y si Microsoft no estaba arriesgando mucho por un proyecto sin precedentes, también hubo quienes se rieron de la idea y tachaban esta idea de ser la peor decisión de Microsoft, pero este proyecto prosperó y con la adición de Xbox Cloud Gaming, hicieron que la consola ni siquiera fuera necesaria para jugar. Nintendo dejó de competir hace mucho tiempo y se ha dedicado a sus proyectos sin intentar competir con las otras consolas, después de todo tienen un público muy fiel y que disfrutas de los juegos que son solamente de la compañía, mientras que Sony siempre ha apostado por cerrar su consola a los juegos exclusivos, y lanzando contenido exclusivo para su consola aún en juegos que son multiplataforma, sin innovar realmente en su mercado y dependiendo completamente de las ventas de su consola.
Pero ahora se enfrenta a una situación que no tenía prevista, Microsoft creció económicamente como nunca lo hubieran imaginado, la venta de consolas y juegos ya no son lo importantes ya que Xbox Game Pass los ha hecho ganar más con las suscripciones y se ha convertido en un competidor imposible para cualquier servicio de suscripciones. Ante esto Sony ha cambiado su estrategia abriendo su servicio de suscripción con PlayStation Plus Deluxe, para intentar competir con Microsoft, con ello dando un nuevo giro a la guerra de consolas para convertirla en la Guerra de Suscripciones. Recientemente esta guerra ha tenido un nuevo capítulo con la pelea por la adquisición de Activision Blizzard King por parte de Microsoft, en Brasil se han mostrado los documentos con las opiniones oficiales de las compañías al respecto de esta compra en la que Sony ha dejado sus opiniones.
Sony teme la exclusividad de Call of Duty por parte de Microsoft, porque influiría directamente en la elección de consola ya que es uno de los títulos más vendidos de PlayStation a nivel mundial, ante esto Microsoft acusa a Sony de comprar el bloqueo de la llegada de juegos a Xbox Game Pass para intentar frenar su éxito, y Sony acusa a Microsoft de querer romper la industria con una oferta contra la que es imposible competir, para después Microsoft decir que Sony tiene miedo de un modelo de negocio innovador que amenace su liderazgo basado en acuerdos de exclusividad firmados a lo largo de los años y centrados en sus plataformas. Microsoft solo se está defendiendo de estas acusaciones que pretenden derribar la compra de Activision Blizzard de la misma manera que Sony tiene todo el derecho del mundo a exponer sus preocupaciones y magnificarlas lo máximo posible para intentar recuperar la gran ventaja obtenida desde hace años.
La Guerra de Consolas se acabó y de eso no hay dudas, pero se inicia una nueva donde los servicios de suscripción serán los que definirán las ventas de las consolas, así como la compra de estudios y desarrolladoras que garanticen más contenido y de mejor calidad. La competitividad vuelve a surgir después de una aparente calma en esta generación y ahora la pregunta al comprar una consola es quién nos ofrece más formas de disfrutar el contenido y quien tiene un servicio de suscripción más completo, es ahí donde Sony debe comenzar a innovar y dejar de depender de sus exclusivos, porque entra en una carrera que Microsoft ya tiene completamente controlada.