Por Manuel Gil Antón
Educación: ¿hacernos guajes?
No pasa nada. Todo marcha bien. En los estudios que tiene la SEP, 32 millones de niñas, niños, adolescentes y jóvenes (NNAJ) afirman que están aprendiendo lo esperado como si no hubiera pandemia, como si fuesen a la escuela todos los días. En esas misteriosas indagaciones a las que refiere la autoridad, el millón y pico de maestras y maestros están muy contentos con los avances logrados en Aprende en Casa II (ACII). Las autoridades educativas echan las campanas al vuelo: se avanzó en la capacitación de alumnos y alumnas, del personal docente y de los “padres y madres de familia”. ¿Evidencia? 19.5 millones de nuevas cuentas de correo electrónico entre alumnos y 1.2 millones de maestras y maestros. Gratis. Por eso México dio un “salto adelante en materia digital”.
“¿Cuántas mexicanas y mexicanos se están educando a distancia? Agárrese: ACII está siendo visto por 8.5 millones en tele abierta y otros 7.5 millones a través de sistemas de cable. Ponga en la cuenta a otros 5.9 millones que aprenden a través de la red de televisoras estatales y similares. Por internet, llega a 7.3 millones de usuarios y 1.2 millones más atendidos por la radio y cuadernillos. En total, 30.4 millones están aprendiendo por esos medios cada día. Si añadimos a más de 4 millones inscritos en educación superior, toda la matrícula, y más, está cubierta.
La cosa no para ahí: ha habido, por estos cambios, “reingeniería institucional en la SEP” y de aquí a diciembre se producirán 4,500 programas de televisión y todo lo necesario para las plataformas digitales. “Hay una educación pública en México antes y debe haber otra a partir de la pandemia”. “El aprendizaje no se detuvo, la educación siguió con dos prioridades: la inclusión mediante una amplia cobertura y la excelencia al trabajar sobre los aprendizajes esperados dentro de los planes y programas de estudio.
Y de remate: “Mente y corazón, conocimientos, inclusión, voluntad, pensamiento crítico, carácter, autoestima, conciencia ambiental, empatía, arte y cultura, sentido de comunidad y justicia, habilidades y destrezas físicas y mentales”. Todas estas cifras, y las partes entre comillas, corresponden a discursos del secretario Moctezuma.
¿Pandemia? Sí, pero quizá seamos el único país que, a pesar de haber detenido la forma presencial de los procesos educativos, no ha resentido ningún problema en lograr aprendizajes. ¿Estamos frente a un verdadero milagro, o contamos con autoridades educativas que han logrado, como la Virgen de Guadalupe, que “no (se) haya hecho igual en ninguna otra Nación”?
Las noticias que llegan de otros lados del país son distintas: a nivel del suelo se viven las cosas de otro modo. Algunos profesores y profesoras reportan que no encuentran a sus pupilos. Madres y padres de familia están desesperados sin saber ya qué inventar para que sus vástagos sigan intentando hacer algo semejante a estudiar. Hay fobias al Zoom, o franca risa o desesperación ante los programas de televisión que dizque enseñan. Muchas niñas ya de tiempo completo dedicadas a cuidar a sus hermanos y otras en la chamba del mercado, por dar un ejemplo. Muchachos colaborando para completar la renta. ¿Tenemos casi una rebelión para salir de las casas y respirar, hartos de la simulación, o la maravilla de la que nos informan los funcionarios?
Creo que lo segundo. En lugar de enfrentar con franqueza los problemas educativos, desde la soberbia de quien puede todo se están haciendo guajes. Igual que siempre. Como es costumbre que no cesa.
[email protected]