Es el primer día de noviembre y las calles David Martínez Soto y Venustiano Carranza lucen desiertas ya que, por primera vez, el panteón “San Nicolás de Tolentino” debe permanecer cerrado al público.
El silencio predomina en este sector que de por sí ya es tranquilo, y se acentúa con la falta de vendedores ambulantes, floristas, y miles de personas que, tradicionalmente, recorrían estas calles para participar en la conmemoración del “Día de Muertos”.
Por disposición del Subcomité Técnico Regional Covid-19 Sureste, los camposantos fueron cerrados desde el sábado, domingo, y lunes, para reanudar actividades a partir del martes 3 de noviembre.
Al igual que con otras importantes conmemoraciones, la pandemia frenó la movilidad social en una de las fechas más evocadas por los mexicanos.
“Sí se percibe un ambiente muy extraño, es raro no ver a todos los vendedores, a la gente entrando y saliendo del panteón, toda la alegoría que trae esa fecha. Y es entendible, pero sin duda que es algo que no hubiera imaginado”, comentó don José López, vecino de la calle David Martínez Soto.
El panorama desolador en los camposantos estuvo presente toda la semana, ya que fueron pocas las personas las que adelantaron sus visitas a “San Nicolás de Tolentino” y a “San Ignacio”, a pesar de la advertencia de la suspensión obligada de actividades.
La nueva normalidad marcó la pauta para una conmemoración del “Día de Muertos” muy diferente, aunque eso no quita el ánimo para muchos que, en sus hogares, montarán altares en honor a sus difuntos.