El director mexicano presentó en Venecia Bardo, Falsa crónica de unas cuantas verdades, cinta que lo trajo de regreso a filmar a México tras dos décadas de ausencia. Compite por el León de Oro
Excelsior
A un año y medio de haber iniciado en nuestro país el rodaje de Bardo, Falsa crónica de unas cuantas verdades, el realizador Alejandro González Iñárritu presentó ayer en el Festival de Cine de Venecia su más reciente proyecto y al que Iñárritu define como el más personal, que competirá por el León de Oro, la máxima presea otorgada por el certamen más antiguo del mundo, que llega a su 79 edición.
Esta película, a diferencia de las otras, no la hice con la cabeza, la hice con el corazón y por ello el parto es más sensible, pero también muy liberador”, comentó El Negro, como le dicen a Iñárritu, durante la conferencia de prensa que dio en Venecia tras la proyección de la cinta.
Acompañado por Daniel Giménez Cacho, Griselda Siciliani, Ximena Lamadrid e Iker Solano, protagonista del filme, Iñárritu curiosamente presentó Bardo, Falsa crónica de unas cuantas verdades en una fecha muy simbólica para él, aunque dejó en claro que no se trata de un filme autobiográfico.
El 1 de septiembre de 2001 dejamos México y nos fuimos a vivir a Los Ángeles, con gran ilusión, fuimos para un año y ya han pasado 21 años”, confesó el realizador de 59 años y poseedor de cinco premios Oscar, dos de ellos a Mejor Director.
En cuanto a regresar a México a rodar Bardo…, cinta que lo trajo a México 20 después haber filmado Amores perros, el cineasta hizo una reflexión sobre el país que le vio nacer.
Lo que más se hace presente cuando uno deja su tierra es la ausencia de ese país. México es un estado mental para mí y cada país es un estado mental, una gran cantidad de historias y mitos que nos dan un sentimiento de pertenencia e identidad”, comentó Iñárritu.
Bardo, Falsa crónica de unas cuantas verdades, que tendrá un estreno en salas cinematográficas nacionales el 27 de octubre, tiene como eje conductor a un periodista y reconocido documentalista, llamado Silverio Gama (Giménez Cacho) que se adentra en una serie de escenas oníricas que mezclan la realidad y la ficción de un México que dejó tiempo atrás para irse a vivir a Estados Unidos, un país que critica por su sistema capitalista y del cual se ha visto beneficiado.
Esta película es un sueño. Decía Buñuel que el cine es un sueño dirigido y esta película para mí fue eso. El cine no tiene tiempo, los sueños no tienen tiempo y ahí las fronteras son indescifrables entre ambos, entonces el cine es eso”, relató el director de 21 gramos y El renacido.
Con respecto a su trabajo en esta cinta, Giménez Cacho, quien recién conmemoró 40 años de trayectoria, comentó: “Iñárritu me dijo: ‘No leas al personaje, no lo estudies. No hagamos una cosa racional’. Simplemente había que permitir que sucediera”, contó.
Bardo, Falsa crónica de unas cuantas verdades contó con el trabajo del guionista argentino Nicolás Giacobone, quien trabajó junto a Iñárritu para darle forma a esta historia que se rodó en las calles del Centro Histórico de la Ciudad de México, así como en el Castillo de Chapultepec. Luego de su paso por salas de cine, Bardo…, que se rodó en 65 mm, se podrá ver en Netflix a partir del 16 de diciembre.
Yo me siento muy agradecido con Netflix, porque no solamente me dio un apoyo y una libertad absoluta, sino que también esta película que se estrena en México va a salir por siete semanas en una gran cantidad de salas, (va a salir) en Estados Unidos, en el mundo entero y en el Mundo de habla hispana y eso es algo sin precedentes que aprecio muchísimo, porque no sólo hubo el apoyo y la libertad, sino la generosidad de este regalo, de que la gente viva una experiencia cinematográfica. “Estoy muy agradecido por este gesto de excepción que se hace, que creo que se celebrará, porque creo que profundamente es una película que pertenece ahí (a las pantallas de cine)”, relató para después hablar de cómo mucho del trabajo de grandes cineastas se vio en una pantalla de televisión.
Cuando yo estudiaba cine, fuera de las muestras cinematográficas, yo a (Ingmar) Bergman, a (Federico) Fellini, a (Luis) Buñuel los vi en la televisión y los vi en VHS con una calidad terrible.
Todos estamos destinados no sólo a la televisión o al teléfono y en 10 años a una pantalla invisible.
Lo que quiero decir es que lo que sobrevive siempre serán las ideas, la película es la película, sin embargo yo he apreciado una gran cantidad de cine en la televisión y creo que todo el cine clásico lo vemos en televisión. Es muy difícil que todo el cine del mundo esté todo el tiempo en pantallas (de cine) y creo que es imposible ir contra una corriente, es parte del sistema que estamos viviendo”, compartió el cineasta.
Bardo, Falsa crónica de unas cuantas verdades contó con el trabajo del cinefotógrafo iraní Darius Khondji, nominado a un Oscar en 1997 por Evita, con el ganador del Oscar Eugenio Caballero en el Diseño de producción, fue editada por Mónica Salazar, la Dirección de Arte corrió a cargo de Carlos Y. Jacques y la Música la creó Bryce Dessner, miembro de la banda de rock The National.
Bardo… es una de las 23 películas que competirán por el León de Oro de la Mostra de Venecia y entre los títulos con los que se enfrentará están: The Whale, de Darren Aronosfsky, White Noise, de Noah Baumbach, L’immensità, de Emanuele Crialese, Blonde, de Andrew Dominik, Saint Omer, de Alice Diop, Tár, de Todd Field, Bones and All, de Luca Guadagnino, No Bears, de Jafar Panahi y The Son, de Florian Zeller.





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