Liz Truss se convirtió este martes en la Primera Ministra del Reino Unido con el reto inmediato de atender la inflación creciente, el malestar laboral y arreglar un sistema de salud agobiado por largas listas de espera y escasez de personal.
Truss asumió el cargo el martes por la tarde en el Castillo de Balmoral en Escocia, cuando la Reina Isabel II le pidió formalmente que formara un nuevo Gobierno. El ahora ex Primer Ministro Boris Johnson renunció formalmente durante su propia audiencia con la Reina poco tiempo antes.
Fue la primera vez en los 70 años de reinado de Isabel que el traspaso del poder tuvo lugar en Balmoral, en lugar del Palacio de Buckingham en Londres. La ceremonia se trasladó a Escocia para brindar certeza sobre el cronograma porque la Reina de 96 años ha experimentado problemas para moverse que han obligado a los funcionarios del palacio a tomar decisiones sobre su viaje día a día.
Truss, de 47 años, asumió el cargo un día después de que el gobernante del Partido Conservador la eligiera como su líder en unos comicios en los que los 172 mil miembros del partido que pagaban cuotas fueron los únicos votantes. Como líder del partido, Truss se convirtió automáticamente en Primera Ministra sin necesidad de elecciones generales porque los conservadores aún tienen la mayoría en la Cámara de los Comunes.
Entre sus primeros desafíos está la crisis energética provocada por la invasión rusa de Ucrania, que amenaza con llevar las facturas de energía a niveles impagables, cerrar negocios y dejar a las personas más pobres del país sin calefacción durante el invierno.
Truss, que se negó a explicar su estrategia energética durante la campaña de dos meses para suceder a Johnson, ahora planea limitar las facturas de energía a un costo para los contribuyentes de hasta 100 mil millones de libras (116 mil millones de dólares), informaron los medios de comunicación británicos este martes. Se espera que revele su plan el jueves.