La regionalización del suministro de energía es una estrategia que algunos países están usando para aumentar su producción local a través de fuentes renovables y México está dejando escapar esa oportunidad.
Se trata de una transición que implica superar la dependencia a los hidrocarburos y alcanzar los objetivos de disminución de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) planteados en el Acuerdo de París, señala el informe «La transición hacia un modelo regional, cercano y ‘verde'», elaborado por la consultoría Deloitte.
Frente a la dependencia internacional por el uso de combustibles fósiles, se puede modificar el rumbo con el nearshoring o relocalización cercana del suministro de energía, y la regionalización con uso de energías renovables, destaca.
Sin embargo, México necesita invertir más en energías renovables para tener una matriz diversificada que además propicie una dependencia menor del gas natural, expuso Jesús Carrillo, director de Economía Sostenible del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco).
Es necesario volver a las subastas de largo plazo, dijo, y darle impulso a los certificados de energías limpias.
«Y como ahorita no se están dando permisos para construir más centrales de generación renovable, sí estamos perdiendo ese potencial», explicó.