El huracán «Ian» impactó en la parte occidental de Cuba el martes por la madrugada, dejando una estela de destrucción debido a los fuertes vientos. Se pronostica que en las próximas horas atravesará la isla en dirección norte para avanzar hacia Florida, en Estados Unidos.
El meteoro azotó con ráfagas de 208 km/h, señalaron expertos a medios locales, en la pequeña localidad de San Juan y Martínez, zona donde se produce uno de los mejores tabacos del mundo, pero es relativamente poco habitada. Su entrada se produjo por las inmediaciones de una playa llamada La Coloma.
Se pronostica que su salida se producirá en las inmediaciones de Puerto Esperanza para continuar con similar rumbo norte.
El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, en inglés) pronosticó que áreas de la costa oeste de Cuba podrían registrar marejadas ciclónicas de hasta 4.3 metros.
«Para Cuba se esperan vientos huracanados extremos, también peligrosas marejadas ciclónicas y fuertes lluvias», dijo Daniel Brown, meteorólogo del Centro, el lunes.
En un recuento provisional no se reportaron pérdidas de vidas humanas, pero las autoridades informaron afectaciones al fondo habitacional con la voladura de cubiertas ligeras, depósitos de agua, caída de agua y ventanas, al tiempo que los servicios eléctricos y telefónicos estaban cortados en un 100 por ciento.
«Desolación y destrucción. Vivimos horas de terror», dijo para describir el paso del meteoro el padre del periodista oficial Lázaro Manuel Alonso en sus redes sociales.
Unas 50 mil personas habían sido evacuadas preventivamente en horas tempranas de ayer, residentes en zonas bajas o costeras. Las autoridades de Pinar del Río habilitaron 55 refugios, enviaron personal médico y de emergencia y tomaron medidas para proteger alimentos y otros cultivos en los almacenes de la región tabacalera, según medios estatales. Se pronosticaba que la tormenta traería malos momentos también a los territorios de Artemisa y Mayabeque.
La industria tabacalera protegió posturas y semilleros, así como casas de secado. Pinar del Río concentra el 80 por ciento de la producción de la hoja.
En La Habana llueve de manera intermitente desde la madrugada y se sienten ráfagas de viento algo fuertes. Los pescadores sacaron el lunes sus botes del agua a lo largo del emblemático malecón, mientras que los empleados municipales estaban ocupados limpiando los drenajes en anticipación a las fuertes lluvias.
Adyz Ladrón, una residente de La Habana de 35 años, expresó su preocupación ante la posibilidad de un aumento en los niveles del agua.
«Asustada porque la casa se inunda completa, el agua llega alto», dijo, mientras se colocaba la mano al nivel del pecho.