Por Carlos Ornelas
Con base en un precepto que Nicolás Maquiavelo estampó en El príncipe, en mi artículo del miércoles argumenté que la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación se comporta como tigre (Pascal Beltrán del Río dixit) y la facción del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación —la que comanda Alfonso Cepeda Salas—actúa como zorro.
Adornado con una fotografía donde el secretario general del sindicato aprieta con sus dos manos el puño derecho del presidente López Obrador, ambos con sonrisas en los labios, el comunicado 32-2022 del Comité Ejecutivo Nacional del SNTE, del 30 de septiembre, ofrece un ejemplo típico del proceder zorruno de esta partida.
La esencia del comunicado es que por gestiones del jefe de la facción ante la Secretarías de Hacienda y de Educación Pública, en meses de ir y venir, el SNTE convenció al gobierno y logró la basificación de cerca de 14 mil profesores interinos de la educación media. También se consolidaron en el Analítico Presupuestal (así se le llama en la jerga burocrática) más de 50 mil horas.
El mensaje apunta que este arreglo sólo beneficia a maestros que laboran frente a grupo y que, además, participaron en los procesos de admisión al servicio educativo. El líder califica el asunto como un acto de justicia laboral y quizá tenga razón. Mas la parte significativa es que forma parte de una estrategia en la que persistirá sin aspavientos, ni huelgas ni amenazas, sin irrupciones groseras.
Los líderes sindicales de esta corriente hacen política, digamos, conforme a las reglas que impone la 4T. No paran, se mueven con precaución y obtienen beneficios para sus agremiados. La basificación de maestros interinos es un pacto de conveniencia entre los dirigentes del sindicato y el alto funcionariado del gobierno de la 4T y el Presidente mismo.
Los líderes se legitiman ante sus bases y el gobierno aprovecha para apuntalar su versión de que “ahora que estamos nosotros planteando que las cosas sean distintas, que se dignifique el noble oficio de los maestros, de las maestras” (AMLO en la mañanera del 8 de abril de 2019).
Las dos partes consideran que el diálogo, no la diatriba ni las marchas ni los insultos, es el camino para conseguir sus fines. El SNTE y la SEP anuncian con orgullo la basificación de casi 700 docentes como efecto de la Nueva Escuela Mexicana y que eso contribuye a la excelencia educativa.
Cierto, la basificación da certeza laboral y acaso motive a los maestros a ejecutar mejor sus tareas, pero no implica que, en automático, ni aún en plazo medio, ese hecho, apuntale un mejor aprendizaje de los estudiantes.
La CNTE, que obra como tigre, también gana, pero menos. Sin embargo, no es un juego de ganar-ganar, cuando unos vencen, otros pierden. Cavilo que el sistema educativo mexicano es el perdedor.
RETAZOS
“2 de octubre no se olvida”, una consigna que tiene vigencia. Hoy, como hace 54 años, el Ejército Nacional está en el centro del debate de la plaza pública.
