La Ciudad de México fue catalogada como un destino tranquilo y cómodo para reuniones, descanso y coexistencia de grupos criminales como los cárteles de Sinaloa, Jalisco Nueva Generación y Unión Tepito.
Un reporte de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), fechado en agosto de 2022 y filtrado tras el hackeo del grupo Guacamaya, señala que la ubicación estratégica y complejidad de la ciudad han favorecido que esos grupos establezcan puntos seguros para sus operaciones.
De hecho, confirma la existencia de una red de tráfico de drogas y armas que se mueve en el transporte público, centrales de autobuses y hasta en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, donde, sin consentimiento de los dueños, se usa su equipaje para transportar drogas.
«La Ciudad de México se constituye en un centro de reunión y descanso, donde organizaciones realizan sus actividades ilícitas con relativa seguridad.
«Permitiendo a los diferentes grupos coexistir sin la necesidad de mantener la hegemonía de un área en específico», precisa el reporte que forma parte de un documento de 103 páginas enfocado en la capital del País y en el que la Sedena enlista las rutas que tiene identificadas para el narco, las colonias más peligrosas y a qué lo atribuye, así como narcotienditas que operan casi una por escuela en la Alcaldía Cuauhtémoc y junto a estaciones de Policía, además de su apreciación sobre la posición política de la Administración de la morenista Claudia Sheinbaum.
La Jefa de Gobierno y Omar García Harfuch, titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), han insistido en que su misión no es combatir esos grupos delictivos tanto por sus actividades, sino basándose en si son o no generadores de violencia.
Aunque tanto la CDMX como la Sedena destacan diversas capturas de miembros importantes de diferentes cárteles y organizaciones delictivas, el reporte de la Sedena señala que no es suficiente.
«Hay grupos delictivos que están integrados por relaciones de sangre (familiares), por lo que al abatir o detener a los cabecillas se abren espacios, los cuales son cubiertos por hijos o familiares de estos, como sucede en el Cártel de Tláhuac.
«A pesar de las acciones de seguridad que se realizan en la Ciudad, se observa que continúa ocurriendo toda clase de delitos y se requiere de un mayor esfuerzo».
Los grupos de delincuencia organizada movilizan droga y armas por el transporte público, carreteras, en vehículos de la Central de Abasto y el Metro.
Además, señala que la falta de revisión con rayos X en estaciones de autobuses y estaciones ferroviarias del Valle de México, es aprovechada por los delincuentes.