Por Yuriria Sierra
Las corcholatas
Un día sí y el otro también. No importan los titulares, no importan los muertos ni la crisis. Importa la agenda presidencial y ésa hoy está puesta en un solo tema: el 2024. #EsClaudia, #ConMarceloSí, #QueSigaLópez, frases que salen de las redes sociales y comienzan a transitar en el espacio físico y colectivo. Bardas, mantas, portadas de revista y publirreportajes. La pregunta “¿quién será la o el candidato?”, es el recurso que utiliza Andrés Manuel López Obrador, el reality al que apuesta como distractor en las conferencias mañaneras que ocupan al menos dos horas de lunes a viernes, en donde poco se informa, pero qué tal de momentazos da.
Justo ayer martes, al Presidente le alcanzó para sumar a dos corcholatas o, más bien, a salirse de su narrativa de triada y mencionar más nombres: “Los posibles candidatos nuestros son tres y voy a hacer que haya dos más, cinco, y está abierto, porque en su momento los que quieran inscribirse, pero hay tres y puede haber dos más: Ricardo Monreal, Noroña…”, expresó luego de cuestionar que en la esquina de enfrente la lista ocupa a varias posibilidades, ¿quién le dará batalla al elegido o elegida por Morena (ajá, será el partido quien decida la candidatura). Y que, si son casi 40 nombres en el grupo contrario, pues ahora el tema se puso más complicado. Horas después de la conferencia en Palacio Nacional, en otro punto de la CDMX, asociaciones civiles presentaban Unid@s, un movimiento para lanzar a un candidato único opositor. Solitos se complican las cosas, pues tras la reforma aprobada y con la que las Fuerzas Armadas se quedarán en las calles hasta 2028, mucha rispidez quedó incluso al interior de priistas frente a su propio dirigente, ¿cómo le harán para zanjar esas diferencias?
Y con la salida de Tatiana Clouthier de la Secretaría de Economía, mucho se especuló sobre qué causó el agotamiento del que habló en su carta de despedida, ésa que leyó con la voz entrecortada el jueves pasado; también se sugirió sobre si tenía ya poco margen de maniobra o si la concreción de la militarización del país fue el factor de más peso para su salida del gabinete. Sin embargo, días después de su renuncia, Clouhthier precisó en una entrevista con Enrique Galván Ochoa: “Una jauría rodea al Presidente y no deja avanzar los proyectos, le llevan mentiras y, además, todos están metidos en la sucesión presidencial…”.
Claro y muy desafortunado: ahí está la agenda, la del Presidente y la del resto de los funcionarios al interior de la 4T. Andrés Manuel López Obrador parece estar muy divertido con su reality sobre las corcholatas, que lo mismo tiene episodios en eventos oficiales que en Twitter o Tik Tok. El “no dedazo” opera hoy como el mejor distractor, no sólo de la narrativa nacional, también como el responsable silencioso (o no) de la ineficiencia de esta administración: ya nadie se ocupa de su despacho, todos se preocupan por salir en la foto del presente para asegurarse un futuro.
ADDENDUM
“Es el momento en que las y los legisladores otorguemos a las personas que conforman la comunidad LGBTTTIQ+ el andamiaje jurídico adecuado que les permita hacer realidad un reclamo justo y necesario para que estén en condiciones de entender y comprender la realidad en la que se desenvuelven, ya que no buscan redefinir su orientación sexual, sino darle un reconocimiento y sentido…”, con estas palabras, Ricardo Monreal argumentó su voto a favor de la prohibición de las terapias de conversión (iniciativa trabajada y empujada por legisladores de varios partidos junto con varias organizaciones de la sociedad civil durante el periodo de transición), minutos después, la iniciativa fue aprobada y enviada a Diputados para su revisión. Hasta seis años podrían pasar médicos o “terapeutas” que intenten reorientar la preferencia sexual de una persona. Pero de eso hablaremos mañana…