Cuatro Ciénegas, Coahuila .- El ejido El Venado, municipio de Cuatro Ciénegas, celebró ayer lunes 17 de octubre su aniversario número 88, siguiendo de costumbre, la tradicional cabalgata que se efectuó, culminando con rodeo y baile en las inmediaciones del ejido.
Entre la vasta historia que albergan sus montes, encontramos la de la ex hacienda de San Pablo, ubicada a los pies de una hermosa capilla y dentro del perímetro territorial del mencionado ejido, allí se encuentran los vestigios de la interesante casona.
Sus paredones tristes, parecen querer contar sus secretos, como si se tratase de un anciano deseoso de ser escuchado. Originalmente, perteneció a un hombre de apellido Vilars, procedente de San Antonio,Texas, pero de ascendencia inglesa, quien a su llegada a México, radicó en el municipio de San Buenaventura. Posteriormente, adquirió la propiedad y uno de sus hijos, construyó el casco de la Hacienda. Se dice que algunos miembros de la familia, murieron en la revolución. Con el correr de los años, la propiedad fue adquirida por otra familia, al parecer de apellido Arredondo, a quienes, por problemas económicos, el banco les embargó. En este emblemático lugar, trabajaron los padres de doña María Morado, mujer aguerrida y de recio carácter, que luchó en las filas de don Venustiano Carranza. En el lugar, se encuentra una piedra con el siguiente mensaje labrado:
«Esta casa se hizo en el año de 1900».
MARÍA MORADO: LA REVOLUCIONARIA CIENEGUENSE
María Morado Sánchez, nació en cuna humilde. Fue hija de campesinos de la hacienda de ex hacienda San Pablo, dentro del perímetro territorial del ejido El Venado, municipio de Cuatro Ciénegas, en el marco del 88 aniversario del ejido y con motivo del Día de la Mujer Rural que se celebra cada 15 de octubre, se recuerda a esta gran mujer en el campo y desde niña mostró carácter fuerte, desempeñando labores no tan comunes para mujeres en aquel tiempo. Gustaba de montar a caballo y ayudaba a arriar el ganado; entre otras funciones campiranas.
Estuvo casada con Anastasio Ramos, y procrearon un hijo de nombre Manuel. María, tuvo profunda admiración hacia los Carranza, cuando se rebelaron en contra del entonces gobernador, José María Garza Galán, quien intentaba reelegirse. María, manifestó su apoyo a don Venustiano, y tiempo después del asesinato de Madero, se adhirió a las fuerzas carrancistas, junto a sus hermanos Ramón y Cresencio Morado Sánchez. Antes de enlistarse a las filas de «El Varón de Cuatro Ciénegas» y teniendo firmeza en sus ideales, se separó de su esposo, dejando encargado a su hijo con su hermano Albino. María fue reconocida por sus superiores y por la tropa, siendo la abanderada del Ejército; desafortunadamente sufrió una herida de bala en batalla y tuvo que regresar a su lugar de nacimiento.
Posteriormente, vivió en Cuatro Ciénegas, junto a don Agustín Pizaña (quien fuera su compañero por el resto de sus días.) María Morado transmitió a su hijo el valor y el deseo de superación, siendo este, junto a un grupo de campesinos visionarios, fundador del ejido El Venado. Murió a principios de la década de 1960 en Cuatro Ciénegas y sus restos descansan en el panteón de San José.
A manera de homenaje, aparece junto a don Venustiano Carranza, en el mural del Palacio Municipal, ubicado en el pórtico del mismo. En la pintura, se aprecia a la aguerrida cieneguense portando la bandera de México, recreando sus días de abanderada en las tropas constitucionalistas.