Su tierra y su gente lo vieron volver.
Sergio Pérez regresó a Guadalajara y conquistó La Minerva con el Show Run de Red Bull.
Pasaron más de 10 años para que Checo piloteara de nuevo por una de las principales avenidas de su tierra Guadalajara.
Sus seguidores y aficionados al automovilismo aguantaron prácticamente cuatro horas para ver tres veces al tapatío, que tiene muchas opciones reales de ser subcampeón del mundo de la Fórmula 1.
El «¡Oe, oe, oe, oe, Checo, Checo!» y «El viejo sabroso» retumbaron por diferentes partes del circuito que se montó alrededor de La Minerva y que cruzó algunas calles a lo largo de Avenida Vallarta.
El Show Run de Red Bull estuvo programado de las 10:00 a las 14:00 horas, pero hubo momentos que se retrasaron algunas actividades, debido a vuelo de cuando menos tres dones que no formaban parte de la organización.
Checo Pérez, tras una vuelta de reconocimiento en el Safety car, encendió por primera vez el motor del histórico RB7 a las 11:08 horas y terminó dando seis vueltas en tres diferentes momentos del Show.
«Es mi casa y el apoyo que recibo aquí es inigualable. Es uno de los días más especiales de mi carrera», dijo Checo tras cerrar el Show Run con unos «donas» frente a La Minerva.
Antes de viajar a la Ciudad de México para el Gran Premio de este fin de semana, el piloto tapatío se despidió de los aficionados dando una vuelta última.
Un niño burló la seguridad y llegó a Checo Pérez, mientras que un elemento del equipo de Red Bull acercó el casco del mexicano a una de las gradas para que pudieran tomarse una foto general.