Por Wendy Riojas
La tradición de comer caña de azúcar previo a la celebración del Día de los Muertos, poco a poco se va perdiendo en la Ciudad, ya que, las nuevas generaciones desconocen esta dulce costumbre de los ancestros.
Maribel Cubillos, junto con su familia venden caña de azúcar frente al Panteón Guadalupe en Monclova aprovechando la llegada del Día de los Angelitos 1 de noviembre y Día de los Fieles Difuntos 2 de noviembre.
Sin embargo, comparte, que poco a poco se va perdiendo la tradición de visitar el panteón para comprar caña de azúcar y comerla o pelarla junto a su familia, como lo hacían los abuelos y bisabuelos.
Ella, relata: “Realmente si se está perdiendo la tradición, anteriormente decían ‘vamos al panteón para comer caña’, pero ahora a la gente joven no le llama mucho la atención, llega uno que otro a comprarla”.
Aun así, declaró, que se instalan al exterior del Panteón para preservar esta bonita tradición mexicana que consistía en visitar las tumbas de sus seres queridos y de paso, llegar por caña para pelarla y cortarla en familia.
Y relata: “Como quiera viene gente, pero no igual, antes la tradición era comprar varías varas, llevarla a casa, pelarla y cortarla y ahora la piden en bolsita, con chile y limón, para probarla, en lo que llegan a casa”.
Ella menciona que manejan en dos presentaciones, la caña en vara y la procesada, pelada, cortada y servida en una bolsita acompañado de chile y limón, la cual, se ha coinvertido en la favorita de los deudos.
Cabe mencionar que manejan el precio de 30 pesos la bolsita (pelada, cortada y servida) y la vara en 25 pesos, cuando el año anterior manejaron el precio de 25 pesos la bolsita y 20 pesos la vara, es decir, que aumentaron los precios.
Y explica: “A nosotros nos aumentaron los precios y por este motivo le subimos un poco, pero la dejamos en 25 y 30 pesos, para que los monclovenses puedan disfrutarla este día tan especial para todos los mexicanos”.
Cabe mencionar que otras personas buscan la caña de azúcar, tanto para los altares de muertos como para las ofrendas que realizan en sus casas, y otras familias hacen ponches en estas fechas y otras prefieren pelarla y comerla en familia.