SE ACABÓ EL 2022
Hagamos una pequeña recapitulación de este año que terminó, un año de crecimiento para Coahuila, un año en el que aprendimos a superar la pandemia (que sigue vigente), aprendimos que el que un funcionario militar en un partido no es motivo de garantía, pues puede venir otro de la Ciudad de México a lavarle el cerebro y hacerlo que renuncie a sus colores (en vano).
El 2022 nos hizo aprender que la seguridad que tiene Coahuila es de envidiarse, pues vemos como Zacatecas, Nuevo León y muchos otros estados no han encontrado a fórmula para que su sociedad se encuentre en paz, ya lo vivimos hace algunos años y creo que nadie quiere eso nuevamente.
Igualmente, nos demostraron que con las piezas correctas en el lugar correcto, se pueden hacer cosas grandes, a pesar de no contar con recursos suficientes en ocasiones, si no, vean el programa Mejora Coahuila, que sirvió para organizar los programas sociales y canalizados de manera ordenada, en beneficio de los que más lo necesitaban.
Mientras tanto, aprendimos a la mala que los berrinches salen caros, pues megaproyectos a nivel federal pueden llegar a dejar al resto de los Estados, sin un presupuesto digno, sin carreteras seguras o sin medicamentos necesarios en el IMSS.
Aprendimos que en Coahuila no es bienvenido el discurso de odio, el discurso agresivo, pues los coahuilenses a pesar de las diferencias políticas que pudieran existir, somos solidarios entre todos, por eso vamos en el rumbo del crecimiento.
Esto último, nos hizo conocer que las imposiciones federales no van con Coahuila, que a la gente de nuestro estado le gusta lo que tiene, las minorías siempre van a deslumbrarse por un falso mesías, pero normalmente es la actitud de gente que está urgida de poder y de atención.
Esperemos que este 2023, sea pleno para todos, que los cierres de este gobierno sirvan para mantener la estabilidad que hasta el momento goza Coahuila, que se dé un proceso electoral entretenido, para nosotros seguir teniendo materia prima para el chisme y la intriga, esperemos que las metas personales que se propongan las lleven a cabo.
Dediquen las doce uvas que se comieron a la salud, a la estabilidad económica (que claro que es importante), a la familia, a los amigos, al trabajo, a la paz mental… reinicien esas relaciones fallidas por pleitos chicos o grandes, todo tiene solución.
¡Nos leemos el próximo año!