Se trata de valiosas piezas arqueológicas y una carta de Hernán Cortés
La Verdad. El Cónsul General de México en Nueva York, Jorge Islas López, entregó este domingo tres piezas arqueológicas, dos máscaras y una escultura, al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y un documento escrito por Hernán Cortés al Archivo General de la Nación (AGN).
La entrega de los valiosos objetos se realizó en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) por parte del cónsul a las autoridades correspondientes del INAH y del AGN. Los bienes fueron recuperados en diversos operativos en conjunto del Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos con la oficina del Fiscal de Distrito de Manhattan, esto a petición del Consulado General de México en Nueva York.
Los bienes recuperados fueron dos máscaras, una escultura y una carta escrita por Hernán Cortés
Las máscaras se entregaron completas y en buen estado, y muestran detalles característicos del estilo escultórico olmeca. Una está hecha de roca metamórfica y tallada mediante técnicas de percusión, acanaladura, talla y desgaste por abrasión. El artefacto representa el rostro de un personaje sin pelo, con la boca abierta, mostrando los dientes y muestra los lóbulos de las orejas perforados. La pieza fue desarrollada en la Costa del Golfo de México durante el período Preclásico mesoamericano (1200 – 400 A. C.).
En segundo lugar se entregó la escultura antropomorfa con detalles característicos del estilo escultórico mexica. Hecha con basalto y tallada mediante técnicas de acanaladura tallada, labrado y desgaste por abrasión. Esta pieza representa a un personaje con tocado “de papel” y orejeras decorados con diseños fitomorfos de relieve, además de contar con una lengua bífida. La escultura fue desarrollada en el Altiplano Central mexicano durante el período Posclásico mesoamericano (1200 – 1521 A. C.).
Por último, la carta recuperada fue escrita en 1539, en las minas de Zumpango, Quaonauac, actualmente Cuernavaca, por el mismo Hernán Cortés para Pedro de Castilleja, en la que daba instrucciones para prohibir el acceso a las minas a esclavos y mineros que trabajaban para Andrés de Barrios, y también exigía que si el Alcalde solicitaba admitir a Barrios o a sus hombres, esto se debía impedir mediante la Real Audiencia.