Oscar Ballesteros
Una ex empleada de la empresa Takata sufrió un daño neurológico que la obligó a dejar su trabajo y sufre convulsiones de manera frecuente, sin embargo, los trámites y atenciones que realizaba en el Seguro Social se han visto frenados. Milagros Hernández señaló que ya van al menos 3 años con citas postergadas y su padecimiento se ha agudizado.
Milagros narró que, tras 8 años de laborar en la empresa mencionada, de manera espontánea sufrió un daño neuronal que le provoca convulsiones, y actualmente ha evolucionado al punto de tener espasmos de manera muy frecuente.
Una vez que le detectan el padecimiento su atención era llevada por parte del Seguro Social y su familia empezó con el proceso de una pensión que se le había mencionado debido a que en su condición ya le sería imposible seguir laborando.
El proceso, junto con las atenciones se vieron muy retrasadas por múltiples razones del personal, hasta que por parte de la empresa se le reajustó en 2021 y ella perdería la derechohabiencia en esta institución.
“No tengo medicamentos y no tengo recursos para la atención particular –fueron más de 30 mil pesos en la pura atención inicial, dijo su padre— para estar bien necesito unas pastillas y después de tomármelas me duermo todo el día”, comentó Milagros.
El padre de la paciente comentó que, la peor situación es que por parte del personal del IMSS sólo les den excusas como que no hay sistema o están de vacaciones para resolverles un documento de su pensión que venció el día de ayer, 14 de febrero.
Ella se ha tenido que refugiar en un negocio de su hermano para tener un sustento económico — a pesar de que en el IMSS le dijeron que estaba en condiciones para volver a trabajar – pues tiene que estar con gente de confianza porque por los espasmos ha sufrido accidentes que resultan en golpes en la cabeza.