Por Yuriria Sierra
Rihanna también factura
Le llovieron críticas porque cómo se atrevió a dar una presentación de tal nivel con varios meses de embarazo.
Hace exactamente un mes, el mundo debatía sobre si Shakira debió o no grabar la Session No. 53 junto a BZRP. Teníamos varias semanas siendo testigos de su ruptura con el futbolista Gerard Piqué. Y, entonces, tras el estreno de esa colaboración, se comenzó a cuestionar que si la cantante tenía que vivir su separación de forma más discreta, que pensara en sus hijos, que mejor debió grabar una melodía estilo Antología. Qué sí y qué no estaba permitido para Shakira, que guardara las formas.
Cuatro semanas después, ya con el récord que alcanzó y rompió esta grabación, la conversación sigue estando en el mismo lugar: cómo se atrevió Rihanna a subirse a una plataforma para el show del Super Bowl, que por qué perreó, que lo hizo mal y que eso no era lo que se esperaba de ella.
Más allá del debate sobre el espectáculo que, debemos reconocer, su producción fue de una maestría sin precedente, a Rihanna le llovieron críticas porque, cómo se atrevió a dar una presentación de tal nivel con varios meses de embarazo. Incluso, durante los primeros minutos de su actuación, la pregunta que inundó las redes cuestionaba su estado de gravidez, ¿porque entonces sólo así se justificaría su peso y silueta?
Hace una semana lo escribimos en este espacio, cuando reconocimos el contundente mensaje de la actriz mexicana Michelle Rodríguez: todas las personas merecemos ser portada de una revista. Y ahora incluimos también: todas las personas pueden protagonizar uno de los espectáculos más importantes del entretenimiento global.
Podremos ser admiradores o no de una artista, pero calificar su labor bajo ópticas sexistas es sumamente erróneo, más aun cuando vivimos en una coyuntura que, hoy más que nunca, nos obliga a cuestionarnos nuestros patrones de comportamiento.
Rihanna actuó desde las alturas por una razón: porque pudo, porque está embarazada, no enferma. Y que esos trece minutos digan que el embarazo no implica invalidez, al menos no una adjudicada por otros, la única válida será acaso alguna diagnosticada por un médico o médica. Que la conversación que se generó a partir de esto sea también ruta de aprendizaje.
¿Exageración? Va un ejemplo: entre enero de 2017 y septiembre del 2022, el Conapred registró 275 quejas y reclamaciones relacionadas por actos de discriminación vinculados con el despido por embarazo. Ésa es una realidad de millones de personas gestantes en el planeta, no sólo en México, por ello la potencia de ver a Rihanna sobre una plataforma suspendida en el aire, bailando, cantando, ejerciendo la profesión que eligió.
Este lunes, en Imagen Noticias incluimos la historia de Ana María, una joven de 15 años que se convirtió en la primera voladora de Papantla de su localidad en Hidalgo, uno de los tres estados con esta tradición reconocida. En la pieza de Paulette Hernández, Ana afirma: “Pues que también se armen de valor —otras niñas— para que no se pierda la tradición…”.
Cuando entendamos ese potencial que perdemos por juicios innecesarios y raseros construidos a partir de la desigualdad, podremos reconocer el potencial de la humanidad en su conjunto. Mientras tanto, más ruido por cada mujer que se permita facturar y que está dispuesta a retar cánones que hoy se resisten a ser cuestionados.