Oscar Ballesteros
El pasado lunes ingresó al hospital Amparo Pape de Benavides una joven de 22 años tras intentar quitarse la vida, siendo la primera atención por este concepto del año en el nosocomio. La ingesta desmedida de medicamentos controlados fue la razón de tener que ser atendida, afortunadamente familiares se percataron del comportamiento y acudieron al hospital.
La paciente se identificó como una estudiante de enfermería de la localidad, la cual tuvo acceso a tabletas de Clonazepam, debido a que un familiar lleva un tratamiento con este fármaco, indicó el director del hospital, Ángel Cruz García.
Señaló que, la paciente tuvo que ser revisada por el psiquiatra del hospital, quien tuvo que recetarle medicamentos; anteriormente ella solicitaba su alta voluntaria, que se le negó debido a las condiciones presentadas. Una vez atendida por el especialista, Ángel García, comentó que ya se pudo poner a disposición de sus familiares.
La preocupación en este tipo de casos comentó que se debe a la corta edad en la que se están presentando, por lo que es muy importante la colaboración de las familias ya que son los que mayor contacto con los afectados.
“El diagnostico emocional es primero que el médico y eso debe ser detectado por sus familiares que observan cambio en su comportamiento, como aislamiento, somnolencia o euforia descontrolado”, mencionó el director.
Para la disminución de estas situaciones, mencionó que dentro del hospital se cuenta con un departamento de atención psicológica, sin embargo, carece de la suficiente difusión; lo cual sería importante para lograr que las personas o familiares en estas condiciones sepan a dónde acudir.