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Karla “N”, la mujer indigente quien permaneció internada en el Centro de Rehabilitación Fe, Esperanza y Amor, también fue víctima de las agresiones físicas y psicológicas propinadas por las mismas internas allegadas al pseudo pastor.
La joven quien es adicta y padece de ataques epilépticos, recientemente solicitó su alta del anexo donde fue internada por las autoridades municipales. Originalmente ella les solicitó el apoyo para anexarse, con la finalidad de cambiar de vida y recuperar a sus hijos.
Cansada de la vida inhumana e insegura que tenía en las calles, Karla “N”, el 25 de noviembre del 2022, solicitó el apoyo para ser internada en un Centro de Rehabilitación y su petición fue atendida por la Regidora de Igualdad de Género, quien nunca imaginó lo que ella sufriría durante su rehabilitación y hasta el día de hoy lo supuestamente lo desconoce.
Luego de que mujeres ex internas del anexo, dirigido por el pseudo pastor Valentín Bustos Cabrera, expusieran los aberrantes delitos que en el lugar se registran y a los cuales ellas son obligadas a cumplir bajo amenazas e intimidación, LA PRENSA DE COAHUILA, se dio la tarea de investigar a fondo, con más testigos de los hechos.
Karla “N”, una mujer vulnerable y adicta, quien permaneció internada por dos meses, tuvo la oportunidad y el apoyo de las autoridades municipales para salir del anexo sin complicación alguna, pero desafortunadamente ahora vaga por las calles de la ciudad, de las que tanto deseó salir.
La joven, fue quien confirmó que durante su estadía en el Centro de Rehabilitación, fue agredida verbal y físicamente, por un pequeño grupo de internas a las órdenes del pastor –instigador de los tratos crueles- a ellas no logra identificarlas por sus nombres, pero asegura sí las reconoce en persona.
“Allí me golpearon las muchachas, me quebraron los dientes, me dieron una chinga”, reveló la joven quien también fue víctima.
Comentó que, en una crisis de ataques epilépticos que sufrió, lo que recibió en lugar de atención médica, fue una brutal golpiza por parte de sus compañeras, quienes respondieron a la orden que dio el pastor.
Manifestó que, la ataron de pies y manos en una de las literas en los dormitorios y en su intento de evitar ser amarrada, se dio un fuerte golpe en el rostro que provocó la pérdida de su dentadura de la parte inferior.
Cabe hacer mención que la joven, durante la entrevista perdía la noción del diálogo, pero al mencionarle el nombre Valentín Bustos, ella de inmediato respondía a las preguntas y con coherencia expuso lo que ella sufrió durante el tiempo que estuvo internada.
“Ahí adentro el pastor, o no sé que era, quería tener relaciones conmigo, había varios hombres y también me decían lo mismo”.
Aseguró que, ella no accedió a las peticiones sexuales que le hacían el pastor y los guardias del Centro de Rehabilitación.
“Sí me daban comida, aunque no estaba muy buena la comida, pero si me daban tacos de frijoles todos los días”, lo reconoció Karla.
Una ex interna del anexo, quien estuvo en rehabilitación durante el mismo periodo que Karla, confirmó todo lo anteriormente relatado por la joven y agregó que el pastor, solamente la atendía excelente cuando sabía que sería visitada por la Regidora.
“La Regidora le llevaba ropa, comida y medicamento, pero nunca se vio que se los dieran, solamente durante la visita la dejaban comer bien, pero todo era una finta, porque cuando ella salía, Karlita era otra vez maltratada”.
Ex internas coinciden que a Karla “la maltrataban horrible”.
Informó que, pese a la enfermedad que padece Karla, ella siempre decía lo que le hacían las demás internas y las propuestas indecorosas que le hizo el pastor en diversas ocasiones, lo que se presume que orilló a la joven a solicitar su salir.
“Es triste que Karlita ande otra vez en las calles, pero más triste hubiera sido que ahí la mataran adentro, siempre la golpearon”.