SALTILLO, COAHUILA. – El regreso de Don Antonio Narro Rodríguez a donde fue su hacienda es maravilloso porque regresa al lugar que él amaba y desde allí verá cuánto ha crecido, consideró, Patricia María Narro Cárdenas de Gómez, descendiente de Francisco Narro Acuña, quien fuera albacea del benefactor.
Narro Cárdenas junto con su primo, Ignacio José Francisco Etchegaray, presenció la ceremonia de exhumación de los restos del benefactor de la Universidad Autónoma Agraria aunque fueron otros primos mayores quienes realizaron la propuesta para el traslado de los restos, sin embargo, ellos ya fallecieron sin lograr ver este sueño hecho realidad.
La entrevistada destacó que como descendiente del albacea, siente un gran orgullo conocer el gran número de beneficiarios alcanzados con el legado de Narro Rodríguez.
Patricia recuerda que algunos familiares de don Antonio Narro también han trabajado dentro de la institución como es el caso de su abuelita, así como una de sus primas quien llegó a jubilarse como maestra de inglés.
Patricia Narro mencionó que don Antonio Narro tuvo este sueño de construir una escuela de agricultura porque veía que las necesidades eran muchas, que trabajaban mucho y les faltaba saber las técnicas, quería que todos, tanto hombres como mujeres, tuvieran un oficio y pudieran hacer algo para salir adelante.
“Imagínese lo que se ha logrado con lo que él tanto pidió y tanto buscó”, indicó.
Explicó que la familia Narro era una familia muy unida y por ello Antonio Narro confió en Francisco Narro, su bisabuelo como su albacea, quien finalmente cumplió con sus deseos.