La leyenda de Ignacio López Tarso se empezó a escribir desde ayer, cuando debido a un paro cardíaco murió a los 98 años en Ciudad de México. La importancia que el último actor de la Época de Oro del cine mexicano tuvo en la industria se limitó a nuestro territorio.
Mientras la familia de don Ignacio lo está despidiéndolo con un homenaje de cuerpo presente en el Palacio de Bellas Artes en Ciudad de México, el trabajo que hizo el histrión a lo largo de su exitosa carrera no llegó hasta Los Angeles, a pesar de ser miembro de la Academy of Motion Picture Arts and Sciences (AMPAS).
La gala 95 del premio Oscar pasó por alto que una figura tan trascendental para la cinematografía se despidió de este plano ayer, luego de sufrir un paro cardíaco, confirmó su secretaria particular Lourdes Mogollón.
Con la profunda voz de Lenny Kravitz sonando a todo pulmón en el Dolby Theatre, uno a uno se pudieron ver las fotografías de aquellos que dejaron este mundo este 2022 y en los primeros meses del 2023.
Además de ser miembro de la Academy of Motion Picture Arts and Sciences, la historia de don Ignacio con la entrega del premio más importante en el mundo del cine es ya antigua. Gracias a la cinta dirigida por Roberto Gavaldón, el primer actor hizo historia para nuestro país.
En 1960, Macario fue la primera producción nacional que la AMPAS decidió nominar al Oscar a «Mejor Película Extranjera». Así que más que merecido que los productores de la gala 95 del Oscar encontraran la forma de incluir a López Tarso en ese In memóriam que sin duda es de los instantes más emotivos de la ceremonia cada año.