Ya son varios los encargos que el presidente le ha encomendado al Secretario de Gobernación, entre ellos nada menos que la negociación de dos reformas constitucionales, mismas que han avanzado en un escenario adverso, pues no se cuenta con la mayoría relativa que permitió cambios significativos de 2018 a 2021.
La sucesión presidencial se acerca, y sin el liderazgo de AMLO, morena necesita un perfil respetable, capaz de negociar con los líderes de la oposición y que mantenga la unidad del movimiento.
El golpe al INE, que había dejado clara su parcialidad hacia la derecha, es solo un escalón en el camino que ha marcado el presidente, aún faltan cruciales como la judicial, la fiscal, la de telecomunicaciones y el segundo intento de la reforma eléctrica.
Las piezas se están acomodando, y todo indica que el heredero ideal de López Obrador es otro López.