CIUDAD DE MÉXICO.-José Noriel Portillo Gil, “El Chueco”, líder de un grupo criminal vinculado al Cártel de Sinaloa, y responsable del asesinato de dos sacerdotes jesuitas en Cerocahui, Chihuahua, fue encontrado muerto en un camino de terracería en la sindicatura de Picachos, en el municipio sinaloense de Choix.
El Fiscal General de Chihuahua, César Jáuregui, informó ayer que el cadáver fue localizado el sábado con una herida de bala en la nuca, de las armas conocidas como R-15, aunque en la escena se encontraron 16 cartuchos percutidos.
La noche del martes, explicó, recibió comunicación de la Fiscalía General de Sinaloa sobre el hallazgo del cuerpo, encontrado al parecer unas 24 horas después de haber sido asesinado.
Hasta ayer, el cadáver se encontraba en la ciudad de Los Mochis, a donde se trasladó personal de la Agencia Estatal de Investigación, así como personal de inteligencia militar para corroborar que se trata de “El Chueco”.
El Fiscal refirió que una mujer de nombre Diana Carolina Portillo, identificó el cadáver como su hermano. Sin embargo, precisó que hasta que se corrobore con las pruebas de ADN que el cuerpo corresponde a “El Chueco”, se podrá confirmar.
“El sujeto tiene un balazo en la cabeza. Familiares lo reconocen, pero no es suficiente”, recalcó.
Cuestionado sobre el modo en que fue asesinado, Jáuregui refirió que la investigación corresponde a la FGE de Sinaloa, pero que, hasta donde se le ha informado, no hubo reportes de algún tiroteo.
Aunque “El Chueco” era buscado desde 2017 por diversos crímenes, el 20 de junio de 2022 se extendió su historial delictivo tras asesinar a los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín Mora Salazar, así como el guía de turistas Pedro Palma, y el jugador de beisbol, Paul Berrelleza, en Cerocahui.
El Fiscal informó que las fuerzas estatales y federales no se retirarán de Urique porque existe un compromiso signado con la comunidad jesuita, derivado de medidas dictadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
“El compromiso que se signó el 16 (de marzo) con la comunidad jesuita, en seguimiento de las medidas cautelares solicitados por ellos y dictadas por la CIDH, fueron avalados por el subsecretario de Gobernación encargado de los derechos humanos (Alejandro Encinas), por autoridades estatales, por autoridades municipales”, indicó.
“Al contrario, estamos ahorita en estos momentos reforzando nuestra presencia y además va a haber bases permanentes de los tres niveles de gobierno, ya está en puerta la construcción de una comandancia de la Policía Estatal y de una comandancia de la Guardia Nacional”, sostuvo.
Cuestionado sobre la postura de la comunidad jesuita, de que no es un triunfo de la justicia el encontrar muerto a Portillo Gil, señaló: “La Fiscalía nunca actúa en relación a derrotas o victorias”.
“Para nosotros, lo verdaderamente importante es haber obtenido prácticamente el desmantelamiento de la banda (…) tras los hechos de Cerocahui, prácticamente no se tuvo noticia de ningún acto delictivo cometido por él “, dijo.
“Es decir, era alguien que se sabía rodeado, vigilado, en términos policiacos”.
El Fiscal destacó la colaboración de la Sedena con presencia permanente en la zona de Urique, así como de la Guardia Nacional.
Para la Gobernadora de Chihuahua, María Eugenia Campos, la muerte de “El Chueco” fue por la presión que ejercieron las autoridades de los distintos niveles de Gobierno, y no por “magia”.
Refirió que luego de los hechos en Cerocahui, se han realizado 34 detenciones de personas pertenecientes al grupo criminal.