Burdeos registró los peores disturbios en la madrugada del viernes en Francia
El Debate
La ciudad de Burdeos se convirtió en la madrugada de este viernes en el epicentro de las protestas contra la reforma de las pensiones con violentos altercados provocados por agitadores vestidos de negro que acabaron con el incendio del edificio histórico del ayuntamiento.
Según la BBC, no está claro quién fue el responsable del incendio, que fue sofocado rápidamente por los bomberos y que sólo afectó al acceso principal del edificio, a pesar de lo aparatoso del fuego.
El gobierno francés está preocupado por la deriva que está adoptando la respuesta violenta a la reforma de las pensiones que, según el presidente Emmanuel Macron, ha sido inevitable para salvar el sistema de pensiones francés y evitar un déficit de 12.500 millones de euros en 2030: «No es un lujo, es una necesidad», defendió.
El punto más polémico de la reforma es el aumento de la edad de jubilación de los 62 a los 64 años.
La preocupación del gobierno francés se centra, precisamente, en la ciudad de Burdeos, donde está previsto que llegue el Rey de Inglaterra, Carlos III, el martes 28 dentro de su gira europea.
Para ese día, los sindicatos han convocado una nueva protesta que se espera que sea igual de multitudinaria que la del jueves y este viernes de madrugada.
La novena jornada de protestas contra la reforma de las pensiones ha sido una de las más grandes desde el inicio de la oleada de manifestaciones.
Según los sindicatos convocantes, 4,5 millones de personas participaron en las manifestaciones en todo el país, una cifra rebajada hasta 1,1 millones de manifestantes por parte del gobierno.
Según los sindicatos, la mayor concentración del jueves se produjo en París, cuya manifestación congregó a 800.000 personas en una marcha por los Grandes Bulevares sin importantes disturbios.
Al igual que en Burdeos, en París la violencia y los actos vandálicos se desataron de noche. Según la policía, agitadores embozados con ropas negras conocidos como «reventadores» (casseurs) comenzaron a destruir escaparates de negocios, a volcar contenedores y a romper marquesinas y vallas publicitarias.
En París, se produjeron fuertes choques entre los casseurs y la policía tanto en la plaza de Ópera como en la Bastilla.
Asimismo, se han producido disturbios violentos en las ciudades de Rouen, Marsella, Lyon, Besançon, Rennes y Arles, informó The Guardian.
En cuanto a las reacciones oficiales, los sindicatos responsabilizaron al gobierno de los disturbios: «La responsabilidad de la situación explosiva no recae sobre las organizaciones sindicales, sino sobre el gobierno».
La primera ministra del gobierno de Macron, Élisabeth Borne, contestó en Twitter con un mensaje donde advertía que «manifestar y expresar desacuerdos es un derecho. La violencia y los daños que hemos visto hoy son inaceptables».
Por su parte, el ministro del interior, Gérald Darmanin, aseguró que la mayor parte de los 103 detenidos en la jornada del jueves en París eran miembros conocidos de grupos de «extrema izquierda». Además, lamentó que 120 policías han resultado heridos en los disturbios.
Pese a los llamamientos a la calma, el líder de la oposición de izquierda radical, Jean-Luc Mélenchon, pidió «redoblar las protestas y los bloqueos» para derrotar la reforma de las pensiones.