CIUDAD DE MÉXICO.-Ex asesores de la consejera Norma de la Cruz Magaña denunciaron que, durante dos años, la funcionaria federal les quitó dinero de las asesorías para transferirlo a su mamá.
Tan solo uno de ellos entregó, de septiembre de 2020 a agosto de 2022, 340 mil pesos.
El recorte comenzó como un préstamo temporal a su madre, María Teresa Magaña Sánchez, por un problema personal, pero después se exigía un envío quincenal de 5 mil a 7 mil 500 pesos, lo cual consta en estados de cuenta bancarios, cuya copia tiene REFORMA.
También debían dar una parte de su aguinaldo, bonos y primas vacacionales.
En agosto pasado, De la Cruz Magaña citó en su oficina, la cual prácticamente no ha visitado en dos años, a sus 11 asesores, y cuando éstos llegaron ya estaban los titulares de las direcciones de Administración y Jurídico, quienes tenían la instrucción de cesarlos de manera inmediata.
«La plaza que detenta ha sido objeto de una reorganización administrativa, por lo que su relación laboral finaliza el 30 de agosto del presente año», indica el documento que se les obligó a firmar.
Esto debido a los reclamos que había por abusos, críticas por excesos, maltrato verbal e incluso, consumo de mariguana por parte de la consejera.
De la Cruz llegó como propuesta de Morena y se afirma que el consejero José Roberto Ruiz fue quien la promovió con el vocero de la Presidencia, Jesús Ramírez, quien la defendió ante Horacio Duarte y Mario Delgado, entonces coordinador de diputados de Morena.
Apenas en enero, la consejera electoral calificó como una exageración las leyes de la reforma electoral –que pretende disminuir las facultades operativas del Instituto electoral– porque pondrían en peligro al INE.
Uso del dinero
La oficina de consejero electoral tiene una bolsa de 20 millones de pesos al año; de ellos, un millón 695 mil corresponden al pago de asesores al mes -sueldo y prestaciones-, por lo que ellos definen si quieren pocos con altos sueldos o muchos con medianos salarios.
De la Cruz tenía 11 asesores con sueldos de 40 a 90 mil pesos netos, quienes fueron sustituidos por ex funcionarios del organismo electoral de la Ciudad de México y empleados del INE.
Varios ex empleados consultados afirmaron que había mucha movilidad de plazas porque la consejera contrataba personal para necesidades privadas y los registraba como «asesores».
Por ejemplo, un asesor de imagen para ayudarle a cambiar su peinado, maquillaje y forma de vestir, «escritores fantasma» para discursos y hasta cursos de oratoria.
Incluso, revelan, subió el sueldo a su asistente para que parte de ese sueldo se destinara al pago de empleados «transitorios».