Inglaterra es la primera campeona de la Finalissima femenina, al derrotar 4-2 a Brasil en la siempre dramática tanda de penales, tras el 1-1 en tiempo regular en Wembley.
Ahí, en la cuna del futbol, por si faltaran simbolismos, el cuadro inglés se impuso porque tuvo más temple y precisión desde los 11 pasos, con aquel tanto de Chloe Kelly para que el campeón de Europa derrotara al de América.
En esa tanda que siempre elige villanos, Tamires y Rafaelle fallaron por las brasileñas, mientras que por las inglesas sólo erró Ella Toone.
Había sido precisamente Toone la autora del gol en tiempo regular. La delantera del Manchester United cerró una gran jugada colectiva, iniciada por la lateral derecha Lucy Bronze, quien tras una pared con Alessia Russo mandó una tan letal como precisa diagonal retrasada, apenas al 23′.
A Wembley asistieron poco más de 83 mil espectadores, aunque faltaron otros 4 mil para imponer récord. Inglaterra tuvo el dominio en el primer tiempo, ante un cuadro sudamericano mareado, sin ese vértigo por el que ha sido el campeón de América en ocho de las nueve ediciones del torneo. En la banca estaba la mítica Pia Sundhage, sueca histórica que convirtió el primer gol de una mujer en Wembley y quien en 2012 guió desde el banquillo a Estados Unidos al oro olímpico en este mismo escenario.
Brasil fue agresivo en el complemento; parecía otro equipo. Geyse Ferreira pudo evitar tanto drama, pero abanicó un balón, estrelló otro en el travesaño (tras desvío de la guardameta) y le faltó precisión en una diagonal retrasada en la que tenían superioridad numérica.
Inglaterra tuvo poco en el segundo tiempo, si acaso un disparo de Georgia Stanway, de media distancia. Por el contrario, la recompensa llegó para las brasileñas al 90’+2′, cuando a la portera Mary Earps se le escapó el balón y a la cita llegó puntual Andressa Alves, para mandar el juego a los penales.
Pia Sundhage y su equipo estaban con el ánimo a tope previo al desempate desde los once pasos, pero la portera inglesa Earps lavó su error ya que tuvo una excelente desviada en el disparo de Tamires ya en la tanda de penales, antes de que Rafaelle estrellara el esférico en el travesaño y diera vía libre para que Inglaterra se coronara en la primera Finalissima de la historia.
