SAN SALVADOR, EL SALVADOR.- Los restos de Pedro Rivera García, uno de los siete salvadoreños que murieron en el incendio en la estación migratoria de Ciudad Juárez, Chihuahua el pasado 27 de marzo, fueron sepultados ayer en su localidad natal.
Era conocido como “Pedrito” en Nueva Trinidad, un pueblo de unos mil 700 habitantes a 112 kilómetros al norte de San Salvador, desde donde este joven de 23 años partió hacia Estados Unidos el 3 de marzo en busca de una vida mejor.
“Los sueños que él llevaba era arreglar la casita, decía que quería sacarme adelante. Él quería mejorar su vida, porque no hay ningún trabajo en este lugar”, dijo a la AFP su madre, María Santos García, mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.
Los restos de los otros migrantes salvadoreños muertos en México fueron sepultados en localidades de Chalatenango y en Sonsonate (66 kilómetros al oeste de San Salvador).