Por Yuriria Sierra
El ‘Dr. Gatell’
Hace unos días, mientras desde Estados Unidos se anunciaban una serie de medidas institucionales para buscar nuevas vías de atacar el tráfico de fentanilo, en nuestro país nos sorprendieron desde Palacio Nacional: México también pondría en marcha estrategia, no sólo contra este medicamento, sino con las drogas en lo general. De inicio, una nueva sección en la mañanera, Adicciones y salud colectiva, informó López Obrador. “Tenemos que evitar que se extienda el problema de la drogadicción, sobre todo el uso de drogas químicas…”, agregó. Y a cargo de ésta nada menos que Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud. Para presentarlo, el Presidente añadió: “Afortunadamente, ya está disminuyendo el efecto dañino de la pandemia de covid-19 y vamos a atender este tema con un enfoque preventivo, porque no es decir ‘nosotros no tenemos ese problema’, ‘no nos va a alcanzar ese problema, no es igual que en otros países…”, después señaló que el consumo de fentanilo es también una pandemia. Y quién mejor que López-Gatell, habrá pensado el mandatario, si es gracias a él que los efectos del coronavirus no fueron más inimaginables. Dicho así, inimaginables, porque sabemos que fueron terribles, peor que las estimaciones que el mencionado subsecretario hizo en los primeros días de la pandemia: en México, el SARS CoV-2 no mató a 8 mil ni 60 mil personas, fueron más de medio millón si se cuentan los datos oficiales y los que corresponden al exceso de mortalidad en estos tres años.
Justo esta cifra, por muchos eufemismos que se expresen desde Palacio Nacional, es la que evidencia el papel del gobierno mexicano y la estrategia del “Dr. Gatell” frente a la pandemia: “Esa es la decimoséptima tasa de exceso de mortalidad más alta del mundo, sólo superada por los 5,474 de Perú en América Latina. La división de población de las Naciones Unidas informa que la esperanza de vida en el mundo se redujo en 1,7 años, en promedio, de 2019 a 2021. En México se redujo en cuatro, de 74 a 70 años…”, apuntó un análisis de Bloomberg sobre el comportamiento de los países que mejor y peor combatieron los efectos de la pandemia. En resumen: el trabajo del “Dr. Gatell” causó que la esperanza de vida de los mexicanos disminuyera cuatro años, cuatro.
Y es que la línea de trabajo de Hugo López-Gatell fue cuestionable desde las primeras semanas de la emergencia sanitaria: si sus estimaciones estuvieron fatales, las “precisiones” que hizo sobre los factores que incidían en la gravedad de un contagio de covid-19 fueron inhumanas, hacían ver a los pacientes responsables de su propia enfermedad: su peso, su alimentación, sus hábitos. Justo esto le dio oportunidad de también abrir frente contra los alimentos “chatarra”, no sólo cerró su paso en escuelas, también impulsó el etiquetado frontal en alimentos procesados, para “cuidar nuestra salud”. López-Gatell además ha sido fervoroso de la condena y el punitivismo contra los vapeadores; peor aún, de las reformas a la Ley Federal de Control del Tabaco, que prácticamente prohibió el consumo de cigarros en cualquier lugar público, que atenta contra el libre albedrío y, de paso, afecta la economía de miles de negocios. El punitivismo como falsa estrategia para el cuidado de la salud, porque esto no ha significado la mejora de los servicios públicos de sanidad: el signo más contundente cuando se habla de un sistema de sanitario “como en Dinamarca”.
Ahora, El “Dr. Gatell” es experto en tráfico de drogas. Durante la conferencia de este martes, seguro por el respaldo que recibe del Presidente, sentenció que “hay rutas de fentanilo de EU a México”, abonando a la narrativa oficial que se ha sostenido en la polémica del tráfico de este opioide. Y con esa seguridad, ahora el responsable de los miles de muertes por coronavirus, quien redujo cuatro años la esperanza de vida de los mexicanos, quien no creía en la efectividad del cubrebocas, quien se ha dedicado a prohibir como estrategia para el cuidado de la salud, ese mismo “Dr. Gatell” será el encargado de una campaña de prevención de adicciones: “Queremos tener una anticipación intensa en la prevención, por eso estamos haciendo prevención, aun cuando hoy por hoy no es un problema grande de salud pública…”, expresó en referencia a la crisis de fentanilo reconocida en EU. “Hoy por hoy no es un problema grande de salud pública…”, ese negacionismo resulta familiar…