CIUDAD DE MÉXICO.- Aunque ahora lo niega, el Gobierno de México supo desde la primera semana de marzo, durante la petición formal de extradición de Ovidio Guzmán, que Estados Unidos realizó espionaje legal durante años en contra de «Los Chapitos», hijos del capo Joaquín «El Chapo» Guzmán.
Hace poco más de un mes, EU explicó ese espionaje a la Cancillería mexicana en la petición formal, misma que luego se turnó a la FGR, previo a la audiencia que ocurrió días después ante un juez de Almoloya de Juárez.
El pasado 7 de marzo, la FGR informó en esa audiencia que los estadounidenses habían pedido la extradición de «El Ratón» por 11 cargos de tráfico de drogas y lavado de dinero en las Cortes Federales de los Distritos Norte de Illinois, así como en el sur de Nueva York.
Sin embargo, la DEA hizo el anuncio de esos cargos hasta el pasado 14 de abril, 38 días después de que la información de sus pesquisas pasaran por Cancillería, la FGR y llegaran al juzgador del Centro de Justicia Penal Federal de Almoloya de Juárez.
El Canciller Marcelo Ebrard aseguró ayer que solicitaría por escrito a EU el detalle del supuesto espionaje que el Pentágono hizo al Ejército mexicano, pero también esta infiltración de la DEA al Cártel de Sinaloa.
Ebrard no quiso pronunciarse si se trata de una intervención indebida y una violación a la soberanía como acusó el Presidente.
«Vamos a ver. Voy a tener hoy esa comunicación y estaré informando en los próximos días en función de la información que me manden también ellos, para no decir algo ahorita que no tenga un basamento específico», dijo.
En esa misma audiencia de marzo pasado, se explicó que la acusación de Illinois es un caso criminal al que se acumuló la indagatoria de la Corte Federal del Distrito de Columbia, en Washington, el asunto por el que originalmente se ordenó la detención provisional con fines de extradición de Ovidio.
La Fiscalía relató que en este «indictment» la DEA tenía como pruebas conversaciones de Blackberry intervenidas a los hijos del «El Chapo» Guzmán y el testimonio de uno de los ayudantes del capo, quien cargaba con los teléfonos del líder criminal.
‘Propaganda negra’
El Presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció ayer que hay diferencias entre las Secretarías de Defensa y de Marina.
«¿Sí hay estas diferencias?», se le cuestionó en su conferencia mañanera.
«Claro», admitió.
Documentos secretos del Pentágono filtrados a Internet revelaron tensiones entre las Fuerzas Armadas de México.
Según los documentos, publicados por The Washington Post, las diferencias se han exacerbado y pueden empeorar las operaciones conjuntas.
El Secretario de la Marina, Rafael Ojeda, habría instruido a oficiales de la dependencia a limitar la cooperación con Sedena.
Esta instrucción se habría dado después de que la Secretaría de Defensa tomó el control del espacio aéreo mexicano.
«Fíjense qué frivolidad, qué vulgaridad, qué superficial ¿Cuál es la nota filtrada del Pentágono al Washington Post? Que se están peleando la Secretaría de Marina con la Secretaría de Defensa», criticó.
«Y qué ¿Ellos no se pelean allá? Ahora están atacándonos, pero de manera encubierta, es propaganda negra, sucia, los tengo, como se dice en el béisbol, bien fildeados».
Aunque volvió a acusar a las agencias de EU de injerencismo, López Obrador afirmó que eso no afecta la cooperación bilateral.
Reiteró que la postura de México es: primero la seguridad de los mexicanos y después la cooperación con Estados Unidos.
«Vamos a mantener la cooperación. Hay cooperación, con las reglas claras que ya están establecidas. Primero México, esa es la regla, primero la seguridad de los mexicanos, primero la seguridad pública», advirtió.