Oscar Ballesteros
Un opaco Día de las Madres para las esposas de obreros de AHMSA, quienes más allá de no recibir un detalle material, la crisis económica de la empresa las hizo pasar un mal rato; no hubo tiempo, ni dinero, para planear un festejo como los de años anteriores, debido a que la acerera sigue sin darles buenas nuevas.
Guadalupe Vázquez es esposa de un empleado de Altos Hornos quien ya quincena a quincena sabe que el pago no llegará de manera puntual, o simplemente no llegará hasta que los movimientos obreros abrumen a los directivos de la siderúrgica.
Esto ya ha convertido sus días en una rutina de tensión y lo que, en años anteriores, específicamente el 10 de mayo, significaba una salida o un festejo planeado en donde ella era el centro de atención, actualmente sólo ronda en su cabeza cuándo será que AHMSA vuelva a retomar su actividad y con eso solventar las carencias actuales.
“Ya no es sólo el festejo, sino la preocupación de no poder llevar un plato de comida a la mesa (…) ahorita más que nada no es de disfrute, es estresante, fuera de lo material sí nos embarga la tristeza de que no hay una solución cerca”, compartió Guadalupe.
De manera optimista es como quiere ver el día ya que, sus hijos y su pareja hacen el intento de mejorar los ánimos, y ella dice que es lo importante: salud y familia, pero recuerda que hasta el año anterior a pesar que el pago era quincenal, alguna prestación estaba presente el 10 de mayo para celebrarle su día.
“Generalmente, nosotros somos por quincena, los días 10 de mayo caían los vales o algo y ahí ya nos programábamos desde día antes y se organizaba una comida o pequeño festejo ese día, ahorita lo poco que cae es para solventar las necesidades básicas”, fueron sus palabras.
No era su caso particular, pero hizo alusión a que trabajadores de la acerera con buena categoría aprovechaban su sueldo para consentir en grande a las mamás, o había un guardadito que representaba un regalo cuantioso, sin embargo, lo que se podría ahorrar ya se ha ido con el fin de subsistir en la necesidad.
“Igualmente los obreros intentaron consentir a las madres de la casa, con algo sencillo, ahí me comentaban en el grupo, que no era igual que antes, pero lo que importa es el detalle porque no dejamos de ser madres, con que tengamos a nuestros hijos nos conformamos”, comentó.
Ante la carestía de Altos Hornos no son casos aislados los que se viven, sino que ya un grupo de esposas y ex esposas de obreros se han unido durante estos días por lo que, aprovecharon su unión y a través de los grupos enviaron sus felicitaciones entre ellas mismas.
Ellas se entienden y anhelan volver a la normalidad anterior por lo que, dijo la entrevistada, incluso planearon una convivencia entre todas las madres de familia en algún restaurante… pero eso será en tiempos distintos, tiempos positivos para Altos Hornos de México, concluyó.