Los astrónomos utilizaron el telescopio espacial James Webb para estudiar de cerca estos cuerpos estelares, pero hallaron varias sorpresas cósmicas en el camino
El Heraldo México. Las sorpresas cósmicas no dejan de llegarnos y en esta ocasión el Telescopio Espacial James Webb nuevamente ha dejado boquiabierta a los astrónomos. Tras haber encontrado un precioso cinturón de asteroides fuera de nuestro sistema solar, otro hallazgo se sumó y detectaron planetas ocultos que giraban alrededor de una estrella cercana. Ambos acontecimientos marcan un momento importante dentro de la ciencia estelar, pues es el primero en su tipo que se detecta fuera de nuestro entorno galáctico aunado a estos asombrosos «regalos del cosmos» en el camino. Gracias a que el observatorio espacial se centró en el polvo caliente que rodea al astro Fomalhaut, es que encontramos los misterios que rodean a esta joven y brillante situada a solo 25 años luz de la Tierra, en la constelación Piscis Austrinus.
Hablemos sobre la joven y brillante estrella Fomalhaut, el centro de la investigación
Alrededor de la impresionante estrella que se alcanza a ver en nuestro cielo nocturno, gira un disco polvoriento que inicialmente se descubrió en 1983 con el satélite astronómico infrarrojo de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA). Sin embargo, los investigadores del Telescopio Espacial James Webb no esperaban ver tres anillos de polvo anidados que se extendían por un «camino» de 23 mil millones de kilómetros de la estrella, o sea 150 veces la distancia de la Tierra al Sol. De hecho, la nueva vista que nos proporcionó este instrumento, reveló por primera vez los dos cinturones interiores de Fomalhaut, los cuales no aparecían en imágenes anteriores tomadas por el Telescopio Espacial Hubble u otros observatorios.
La imagen detallada de los cinturones de polvo, captada en luz infrarroja —invisible para el ojo humano—, mostró que las estructuras son más complejas que el cinturón principal de asteroides y el cinturón de Kuiper de nuestro sistema solar. Y es que el cinturón principal de los asteroides entre Marte y Júpiter, es donde los restos de la formación de nuestro sistema solar orbitan alrededor del Sol. Se compone de más restos helados como un anillo en forma de rosquilla de pequeños cuerpos celestes y polvo más allá de Neptuno. En cambio, la revelación de los dos anillos interiores de Fomalhaut sugiere que los planetas ocultos en las profundidades del sistema estelar pueden estar afectando a la forma del cinturón de polvo.
El cinturón exterior de Fomalhaut tiene por sí solo el doble de tamaño que el cinturón de Kuiper. Cabe destacar que la nueva imagen junto con un estudio que detalla los hallazgos, se publicaron este lunes en la revista Nature Astronomy.
¿Por qué los anillos tienen esa circular forma?
Como sabemos, las fuerzas gravitatorias le dan la peculiar forma a los enormes anillos. Los cinturones de polvo de Fomalhaut se crearon —probablemente— a partir de los restos que quedaron tras la colisión de cuerpos más grandes, como asteroides y cometas. Después, la influencia gravitatoria que quizás venga de los planetas invisibles que orbitan alrededor de la estrella, fue lo que le dio forma a los cinturones de polvo, del mismo modo en el que Júpiter y Neptuno dan forma a nuestro cinturón de asteroides al borde interior del cinturón de Kuiper.
«Yo describiría Fomalhaut como el arquetipo de los discos de escombros encontrados en otras partes de nuestra galaxia, porque tiene componentes similares a los que tenemos en nuestro propio sistema planetario», dijo el autor principal del estudio András Gáspár, profesor asistente de investigación de Astronomía en la Universidad de Arizona en Tucson, en un comunicado.
Añadió que en la observación de los patrones en estos anillos, podemos empezar a hacer un pequeño esbozo de cómo debería ser un sistema planetario, si realmente pudiéramos tomar una imagen lo suficientemente profunda como para ver los presuntos planetas. La combinación de la nueva observación de Webb con imágenes tomadas anteriormente por el Hubble, el Observatorio Espacial Herschel de la Agencia Espacial Europea (ESA) y el conjunto de telescopios Atacama Large Millimeter/submillimeter Array pudo proporcionar a los científicos una visión más detallada de cómo se forman los cinturones de desechos alrededor de las estrellas.
Asimismo, Webb también observó un elemento que Gáspár denomina «la gran nube de polvo», en la que dos cuerpos celestes podrían haber colisionado en el anillo exterior. Ya por último detallaron que la nube está separada de otra que el Hubble detectó en 2008 y que podría haber sido un planeta, pero observaciones posteriores mostraron que el objeto desapareció en 2014, lo que implica otra colisión que solo dejó polvo a su paso. Recordemos que las estrellas se forman a partir de gas y polvo, y luego un anillo de material sobrante —llamado disco protoplanetario— orbita alrededor de la estrella, donde nacen los planetas. Cabe destacar que la idea del disco surgió de los astrónomos Immanuel Kant y Pierre-Simon Laplace a finales del siglo XVIII.
Luego de esto y una vez que los planetas se forman alrededor de una estrella, se añaden los cinturones de desechos que se moldean por la gravedad de los planetas. Dentro de los cinturones, vemos objetos cómo los asteroides, los cuales chocan entre sí y crean más escombros y polvo. Ahora, con el estudio de los cinturones de polvo puede ayudar a desvelar más secretos sobre la formación de los sistemas planetarios.