Victor M. Narváez García
En la antigua Tracia Occidental, cerca de la isla de Tasos, al norte de Grecia, a orillas del Mar Egeo, nació Demócrito, el discípulo de Leucipo, hacen 2.481 años; es decir, en el año 470 A.C.
Dentro de sus contribuciones a la ciencia postulo un pensamiento que después sería el principio para que Isaac Newton formulara la primera ley de la mecánica.
En aquellas épocas Demócrito aseveró que “un cuerpo que se mueve, continuaba su movimiento hasta que algo interviniera para alterarlo”.
Lo dicho por Demócrito puede transcribirse, “si no cambias tendrás los mismos resultados”, si estos son buenos así síguele, “Pa´que le mueves a lo que no hace ruido” decían los abuelos.
Pero si no están siendo exitosos tus resultados (sea lo que tu hayas marcado como éxito) es momento de recopilar datos, analizar y establecer un plan para cambiar de estrategia.
No se pretende remarcar lo que muchos ya han dicho, escrito y discutido. Todos sabemos que el bien comer y ejercicio es benéfico para el cuerpo, pero, cuantos lo hacemos?, todos sabemos que es necesario diversificar nuestro tipo de vida para no “poner todos los huevos en una misma canasta”, “leer es bueno para tener mejores criterios”, todo esto se sabe o al menos lo hemos escuchado, luego pues que falta?, por qué no lo hacemos?, ignorancia?, pereza?, recursos?.
Es claro que los factores antes mencionados intervienen para no hacer un cambio, pero en definitiva los máximos obstáculos son, NO SABER QUE QUEREMOS o la dificultad de romper la ley de la inercia.
Revisando casos conocidos y reconocidos que han logrado cambios significativos para bien coinciden que para romper la inercia lo primero que debemos de establecer después de tu objetivo es un HÁBITO, para empezar a leer, inicia con lectura fácil, que te guste y poco a poco vas profundizando tu tipo de lectura.
Si tu meta es ejercitarte, no inicies intentando correr un maratón, comienza con caminar en forma constante y poco a poco generar tu hábito y ya después establecer retos mayores.
Como lo dice la ley de la inercia…”todo seguirá igual hasta que un factor externo lo modifique”, no esperemos pues, la presencia de una enfermedad o de tener complicaciones económicas o de paz para empezar un cambio, rompamos por conveniencia la ley de la inercia de vida que llevamos para mejorar la misma y de paso nuestro entorno.
Son ya más de 2300 años y muchos refranes de nuestro abuelos que nos invitan a ser mejores, no alientan a trazar mejores caminos en pro de un mejor vivir…”hagamos caso”.