Con solo cruzar la calle la ley seca parcial en la Ciudad de México fue burlada.
Aunque autoridades prohibieron la venta de alcohol -excepto en restaurantes- en GAM, Iztacalco, Iztapalapa, Magdalena Contreras, Miguel Hidalgo, Tláhuac, Tlalpan y Xochimilco, la medida pasó desapercibida para algunos habitantes.
REFORMA constató que en límites de éstas alcaldías bastaba con cruzar una calle o recorrer menos de 10 minutos en automóvil para comprar en zonas donde no había restricción y así regresar con la cantidad de bebidas alcohólicas deseadas a zonas que debían aplicar la ley seca.
«Solo crucé, estoy a cinco minutos, ni sabía que aquí había ley seca, pero igual si cierran no me cuesta nada caminar tantito más», dijo un joven qué cruzó de la Colonia Tacubaya, en Miguel Hidalgo, con restricción, a San Pedro de los Pinos, Benito Juárez, donde no se aplicó la medida.
Pilar Salón, una joven que habita en la alcaldía Iztacalco, realizó durante el fin de semana una reunión con 10 amigos.
Caminaron por 10 minutos para cruzar a la alcaldía Benito Juárez, compraron dos cartones de cerveza, dos botellas de licor, refrescos y volvieron a su domicilio.
Liliana Roble, habitante de la alcaldía Miguel Hidalgo explicó que desde qué supo el viernes de la ley seca acudió temprano a una tienda de autoservicio para adquirir botellas para una reunión familiar.
Ayer (domingo) caminó 10 minutos cruzó Paseo de la Reforma hacia Cuauhtémoc y adquirió otras latas de cerveza para continuar con la convivencia que reunió a 15 personas.
«Lo vimos cómo una medida para no exponernos en un restaurante o en un bar y no tomar demás, por eso mejor compramos lo que quisimos antes de que no vendieran y nos reunimos en la casa», indicó.
En otras zonas como Gustavo A. Madero incluso se incumplió la prohibición.
En tiendas de conveniencia de la Colonia San Juan de Aragón el alcohol se vendía sin restricciones, constató este diario.
Por la ley seca las autoridades no reportaron verificaciones o sanciones.
Claudia Sheinbaum, Jefa de Gobierno, destacó el fin de semana que esta prohibición no era extrema, sino que se determinó como una forma de desincentivar la realización de fiestas.
«Tomamos esta decisión entre todos, entre las alcaldías y nosotros de que sean ocho y ocho y vamos a ver cómo funciona. La idea es desincentivar las fiestas privadas», dijo.
«El uso de alcohol hace que dejemos de tomar las medidas sanitarias y entonces por eso es este desincentivo y es temporal», añadió entonces.
REFORMA publicó que expertos como Mauricio Rodríguez, vocero de la Comisión para Covid-19 y Rocío Tirado, especialista en Microbiología y Parasitología, ambos de la UNAM, advirtieron los riesgos de las fiestas privadas.
Entre 2019 a la fecha, los reportes por disturbios y fiestas al C5 incrementaron casi 500 por ciento, sin contabilizar las reuniones y celebraciones que no se reportan. En 2019 fue de 2 mil 253 y para este año van 11 mil 993.