Alberto Rojas Carrizales
De elegante arquitectura neoclásica la parroquia Santiago Apóstol, joya colonial de Monclova ha sido reparada en diversas épocas, en ocasiones cuando ha estado al borde de colapsarse, el tema de sus restauraciones mayores en la década de los años ochenta será abordado por el arquitecto Javier Velarde López en conferencia organizada por el Taller de Historia Regional.
“Las restauraciones de nivel mayor las efectuamos en los años ochenta en Santiago Apóstol y abarcó hasta 1993, la construcción del templo inició alrededor de 1770, es un edificio anciano, viejo, así se considera, entonces requiere un tratamiento como tal, es como en una persona anciana que le duele el brazo, luego el pulmón, requiere constante mantenimiento”, puntualizó.
Durante épocas, explicó el arquitecto monclovense, “se dejó de dar mantenimiento porque no se tenía conocimiento de la importancia del edificio, ni cómo conservarlo, en Linares, Nuevo León, la parroquia es casi idéntica que, en Santiago Apóstol, también la de Múzquiz, Santa Rosa de Lima”.
Subrayó que la charla que disertará se llevará a cabo el sábado 10 de junio a las 10:30 horas en la sala de conferencias de la biblioteca Harold R. Pape, donde el tema central de la plática será el historial de los problemas graves que a través de la historia ha registrado el edificio histórico y donde él en la década de los años ochenta trabajó en la consolidación estructural.
“La cúpula estaba muy dañada, no se veía, pero lo estaba, la exposición será una charla de historia, de cómo se restauró, había elementos por restaurar de inmediato, en esa época se destinaban recursos federales, se aportaba, ahora es muy difícil, ahora es muy difícil, se realizaron los trabajos en coordinación con la SEDUE federal”, recordó.
Posteriormente, continuó, “llegó una segunda etapa de restauración con el arquitecto Gabriel Sánchez de la Mora a petición del Padre Gilberto Almaraz que estaba a cargo del templo, se trabajó en un nuevo altar, reparación de grietas porque en realidad estaba en serio riesgo el edificio, se podría colapsar, pasa esta etapa y llegó otra reparación menor con otras características técnicas”.
“Se trabajó en el muro de las campanas que diseñó Jesús Guajardo, le apoyamos pasa un tiempo y en el año 2014, el Estado invierte dinero a una primera etapa, y ahí se quedó”, abundó el arquitecto Velarde.
“Se restauró el altar en 1946 y 1947, pero en lo sucesivo entramos en una etapa de desarrollo industrial crecimiento del sector, entonces se descuidó el templo por décadas desde 1947 hasta 1970 cuando llegó el padre Almaraz poniendo orden a través de un patronato”, estableció el entrevistado.