Alrededor de 117 migrantes arribaron a la Parroquia El Verbo Encarnado entre la noche y madrugada de ayer tras ser bajados del tren a la entrada de Frontera por elementos de seguridad de una corporación que desconocen; familias venezolanas, guatemaltecas y hondureñas se refugiaron en el lugar con signos de deshidratación.
El párroco Paulo Sánchez Valencia señaló que, de acuerdo con comentarios de los migrantes en el tren se transportaban cerca de 500 migrantes cuando fueron detenidos por motivos de seguridad en el municipio; los que tienen niños fueron quienes ya no alcanzaron a volver a subir al vagón una vez que volvió a marcharse.
“Por cuestiones de seguridad los bajaron, se detuvo el tren y unas personas que no puedo acusar a una institución concretamente, pero ellos nada más ubican a personas armadas, quienes traen niños que son la mayoría, por miedo empezaron a correr a refugiarse y la comunidad cercana fue que les empezó a decir que vinieran” señaló Paulo Sánchez.
Fue desde las 11 de noche que empezaron a recibir conglomerados de migrantes, predominando venezolanos, hasta las 8 de la mañana el último, en el cual se registró a un chico que presentaba una lesión en uno de sus huesos tras ser arrastrado por la fuerza del tren y debió ser trasladado al hospital Amparo Pape de Benavides.
En el resto de esta comunidad de centro y sudamericanos se presentaron malestares ocasionados por las altas temperaturas como deshidratación y exclusivamente una persona con golpe de calor que fue atendida en la misma parroquia colocándole suero.
“En el testimonio de un venezolano nos compartió su vivir, decía que venía dentro del vagón con su familia, con el calor, sin agua y 3 niños -era de quienes presentaban deshidratación- ya venían dormidos y con el miedo porque sólo eso hacían, dicen que rezaban a Dios y fue cuando el tren paró, cuando los policías, llegando aquí a Frontera los detuvieron” compartió el párroco.
Una vez estabilizados, los migrantes en mejores condiciones empezaron a dejar la iglesia con la misión de abordar un tren rumbo a Piedras Negras a las 10 de la noche de ayer, pero al menos 30 familias cuyos hijos seguían con deshidratación permanecerían hasta el día de hoy en el refugio, señaló Sánchez Valencia.