CIUDAD DE MÉXICO.-La población sin seguridad social (SSS) en México creció del 15 al 28 por ciento desde 2020, pero el presupuesto para darle atención médica es más bajo.
Un estudio del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) advierte que ese gasto, que ahora será centralizado en el IMSS Bienestar, es de 253 mil 131 millones de pesos, que representa sólo 0.81 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
En contraste, el gasto de bolsillo, que se refiere a lo que las familias invierten en la compra de medicinas y atención médica, creció 40 por ciento, según puntualiza el estudio realizado por Judith Méndez, coordinadora de Salud y Finanzas Públicas del CIEP.
El análisis señala que el presupuesto para la población SSS se ha ubicado históricamente en México abajo del 1 por ciento del PIB y que, en lugar de aumentar, ha ido disminuyendo.
Por ejemplo, en el 2020, el gasto fue de 271 mil 311 millones de pesos, que representaron el 0.95 por ciento del PIB.
Para este año, el gasto para IMSS Bienestar y para el Insabi (subsistema que sustituyó al Seguro Popular) suma 253 mil 131 millones de pesos.
Ahora el gasto y la atención a personas SSS los concentrará el Gobierno federal, una vez que los Gobiernos de los estados han aceptado y firmado la centralización de este servicio.
Pese a la disminución presupuestaria, en su proyecto de atención vía IMSS Bienestar, el Gobierno federal afirma que podrá cubrir a unos 70 millones de mexicanos sin seguridad social con todos los servicios de salud.
Sin embargo, la especialista advierte que el catálogo de intervenciones de IMSS Bienestar representa sólo el 0.63 por ciento del paquete del IMSS Ordinario.
Méndez precisó que lo ideal sería que la inversión en salud en la población sin seguridad social alcance 3 puntos del PIB, pero, según los escenarios que CIEP ha modelado, se requiere al menos un punto adicional del PIB para que IMSS Bienestar logre cubrir a su población objetivo con el mismo catálogo de más de 8 mil diferentes servicios que proporciona IMSS Ordinario.
Y se observa cómo avanzar en la cobertura de personas sin seguridad social, agrega, pues además con la pandemia de Covid-19 hubo nuevos rezagos que se siguieron acumulando.
«No veo una congruencia entre la política que se anuncia y la prioridad en el presupuesto. Más bien se está priorizando el gasto para energías fósiles y programas o proyectos prioritarios, a costa precisamente de la salud», advirtió.