
Por Lilia de la Fuente
La pobreza es la riqueza
Ayer fui a llevar taquitos,
Que yo misma cociné,
A una casita lejana…
¡Y que sorpresa llevé.
Una señora gordita,
Abrió la puerta sonriendo,
Y le pedí me invitara
A entrar con mis ALIMENTOS.
Bajé también los regalos,
Un pastel de chocolate…
En la chimenea ardía,
Un cazo que olía muy padre.
Del otro cuarto salieron,
Un Señor y dos chamacos,
Una Niña primorosa…
Con unos dientes muy blancos.
Les entregué, dos pelotas…
Una muñeca, dos guantes,
Un bafle con su memoria…
Y en ella todos mis cantos.
La Casita, está en la orilla
Y no hay luz ni pavimento…
Una lámpara solar…
Da luz y da alojamiento…
Me sentaron en la mesa
Un gran tronco muy pulido…
Los platos olían a barro,
Y los jarros a te hervido.
Yo puse también mis tacos
Y el pastel de chocolate…
Y me sirvieron un guiso
Que conquistó a mi gaznate.
Pregunté si era de puerco
El exquisito estofado…
Y vi cómo se miraban…
Y les pedí más guisado.
Se sentía en el ambiente,
Un calorcito especial…
A un lado en la chimenea,
Sin piel había un costillar…
El Señor cazaba Liebres
Y es un gran jardinero…
Y va a la ciudad tres días,
En su burro Manadero.
En el lleva su azadón…
Una Pala y un Machete,
Y le regalan mil cosas,
Frutas, Nueces y Juguetes
Y ropa de temporada…
Y también le dan cuadernos,
Su trabajo es en el sol…
Pero le mandan refrescos.
La Pobreza no se siente
Cuando hay hogar con AMOR.
DIOS habla de esas riquezas…
Y es por la PAZ interior.
Ya viene la Navidad…
Pero será diferente…
Que tú visita virtual…
LLENE DE AMOR A LA GENTE
Y MANDA TUS ORASIONES…
En pasado y en presente.
Venga a nosotros tu reino…
Bendito mi salvador.