La entrada del siglo XX, se dio con una apacible comunidad, que tan solo con la llegada del Ferrocarril Internacional Mexicano en 1884, se dejaba ver cierto “dinamismo” económico y de comunicación.
Monclova era un pueblo tranquilo que vivía de la agricultura y un poco de la minería. Según censo levantado en 1900, el municipio contaba con 6 mil 853 hombres y 6 mil 770 mujeres, es decir, un total de 13 mil 623 habitantes.
Con la llegada del Ingeniero Harold R. Pape en 1942, se logró la transformación de la región centro de Coahuila y principalmente de Monclova que lo adopto como hijo predilecto, admirado y gran filántropo, creando la acería Altos Hornos de México, S. A. (AHMSA), que en su tiempo fue la más importante de América Latina.
El Ingeniero Pape y su esposa Suzanne Lou Pape, aún muy jóvenes habían decidido lanzarse a esa gran aventura, en palabras de ella misma, tuvieron que conocer nueva gente, nuevo idioma, nuevo país y sus primeros años en Monclova fue eso precisamente, una verdadera aventura.